El 2 de enero marcó el inicio de un plan que, en teoría, buscaba mejorar el tránsito urbano y la movilidad en nuestra capital a través del estacionamiento tarifado. Sin embargo, la ejecución de esta iniciativa por parte de la Municipalidad de Asunción y el consorcio Parxin desembocó en un torbellino de críticas y controversias, llevando a la suspensión indefinida del servicio.
La decisión de la administración municipal y Parxin de realizar ajustes a la aplicación es una respuesta directa a las numerosas deficiencias que los usuarios experimentaron desde el mismo inicio del plan. Ahora el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicación (Mitic) anuncia que emitirá un informe técnico que abordará aspectos cruciales de la aplicación, incluyendo usabilidad, seguridad de la información, arquitectura y stack tecnológico. La medida es acertada, ya que es imperativo corregir los problemas técnicos y de seguridad que han plagado la implementación del estacionamiento tarifado.
Es comprensible que se realicen ajustes técnicos para mejorar la funcionalidad de la aplicación, pero los cuestionamientos de la sociedad van más allá de los problemas operativos de Parxin. La principal fuente de descontento radica en la percepción de que este plan fue concebido de espaldas a la ciudadanía y sin tener en cuenta la realidad del comercio en la zona céntrica de Asunción.
Los comerciantes, ya afectados por la crisis económica, advirtieron desde un principio que el estacionamiento tarifado ahuyentaría a los visitantes de las zonas comerciales. Este presagio se hizo realidad rápidamente, con la reducción notable de vehículos en las calles apenas se implementó el nuevo sistema. La falta de consideración hacia la situación económica de los ciudadanos y la ausencia de una contraprestación evidente para la sociedad son aspectos que la administración municipal debe abordar de manera urgente más que solucionar los problemas de un aplicativo.
Más allá de los inconvenientes con la aplicación, la suspensión «sine die» debería haber sido aprovechada para realizar una campaña de educación ciudadana. La carencia de información y la falta de seriedad en este aspecto han contribuido al malestar generalizado.
La aceptación de la ciudadanía del servicio de estacionamiento tarifado no solo dependerá de la mejora técnica de la aplicación Parxin, sino también de una revisión integral del plan de estacionamiento tarifado. La administración municipal debe escuchar las voces de los ciudadanos, considerar las realidades económicas de la ciudadanía y de los comerciantes afectados. La ciudadanía siempre expresará su rechazo a cualquier proyecto que se cocine tras bambalinas.