El intendente de Asunción, Óscar Rodríguez, ha tomado la decisión de suspender indefinidamente la implementación del estacionamiento tarifado en la ciudad, un proyecto operado por el consorcio Parxin. Esta medida se produce después de una semana de resistencia masiva por parte de la ciudadanía, que expresó su rechazo a través de diversas críticas y manifestaciones. La administración municipal ha justificado esta decisión como una respuesta a las numerosas fallas en la plataforma y a la falta de cumplimiento de condiciones por parte de Parxin.
El sistema de estacionamiento tarifado, que inició su operación el 2 de enero, enfrentó desde el principio una serie de problemas, desde deficiencias en la aplicación hasta quejas sobre tarifas excesivas. Aunque inicialmente se decidió no imponer multas durante la primera semana para permitir una «adaptación» por parte de los conductores, las quejas persistieron, llevando a la extensión de la tolerancia hasta el 21 de enero. Finalmente, la suspensión indefinida fue anunciada ayer.
Uno de los principales puntos de conflicto es el mismo consorcio Parxin, cuya falta de transparencia ha generado una oposición generalizada. La ciudadanía se siente ignorada en un proyecto que afecta directamente sus rutinas diarias. Más allá de los problemas técnicos y de aplicación, la resistencia se centra en la ausencia de una contraprestación clara por parte de Parxin y la falta de inversión en campañas educativas.
La falta de consulta pública también ha sido un factor clave en la reacción negativa. Los ciudadanos sienten que sus opiniones y necesidades no fueron tenidas en cuenta en el proceso de toma de decisiones. La movilidad de grupos vulnerables, como aquel trabajador de bajos ingresos, que utiliza su vehículo para sus labores, porque el servicio de transporte público es pésimo, se ve amenazada por tarifas que podrían afectar desproporcionadamente su nivel de vida.
El alto costo propuesto por Parxin para el estacionamiento tarifado también ha generado críticas. La percepción de que la empresa busca recaudar sin invertir en la ciudad ha sido un punto de conflicto clave. En los primeros días de la puesta en marcha ya se hizo patente el peligro de que se vean afectados los negocios ubicados en las zonas tarifadas. Aún en el periodo de adaptación, el microcentro ya dió señales de escasa afluencia.
La decisión de suspender el proyecto «sine die» es un reconocimiento por parte de la administración municipal de que la implementación del estacionamiento tarifado no puede avanzar sin abordar estos problemas fundamentales. La ciudadanía exige transparencia, reducción de tarifas y una clara contraprestación por parte de Parxin. Si estos aspectos no se abordan en el período de suspensión, es probable que la oposición resurja con fuerza cuando el proyecto se reintroduzca en el futuro. La clave para el éxito radica en la apertura, la participación ciudadana y la oferta de un sistema de estacionamiento tarifado que sea justo, transparente y beneficioso para la sociedad en su conjunto.
Como puede verse el problema de Parxin no es el aplicativo, es el descontento ciudadano con un emprendimiento oscuro, con escasa inversión, alto costo y que desconoce la opinión de la gente. Si la Municipalidad y la firma concesionaria siguen en la misma línea, siempre recibirán la oposición y reacción negativa de la ciudadanía.