La explosión de violencia y caos en Ecuador debería servir como una advertencia clara para las autoridades paraguayas sobre la necesidad de fortalecer las medidas contra el crimen organizado. Hay que reconocer que el gobierno de Santiago Peña, en una exitosa operación ha logrado desmantelar el poder que venía ostentando el narcotraficante Armando Javier Rotela, del Clan Rotela, en la cárcel de Tacumbú. No obstante, la situación en Ecuador subraya la necesidad de una acción continua y decidida.
La intervención exitosa en el Penal de Tacumbu es un ejemplo de cómo las fuerzas de seguridad pueden actuar con determinación para combatir el crimen organizado. Sin embargo, es imperativo reconocer que existen otras organizaciones incipientes que siembran terror en el país, como el caso del delincuente Felipe Santiago Acosta «alias Macho» y su ejército de sicarios.
La experiencia de Ecuador, donde las bandas armadas tomaron control de un canal de televisión, una universidad y varias cárceles, debe ser un llamado de atención para Paraguay. Ecuador se encuentra inmerso en una crisis de seguridad sin precedentes, con el presidente Daniel Noboa declarando un estado de excepción y enfrentándose a grupos criminales que han declarado abiertamente la guerra al Estado.
La situación ecuatoriana resalta la importancia de la acción preventiva y la cooperación entre diversas agencias de seguridad. Paraguay no puede permitirse subestimar la amenaza que representa el crimen organizado, y es fundamental estudiar y fortalecer el marco legal para incluir la participación de las fuerzas militares en la garantía de la seguridad de la población.
El presidente Nayib Bukele de El Salvador, conocido por su mano dura contra el crimen organizado, sirve como un ejemplo positivo. Emulando experiencias exitosas, como la de El Salvador, Paraguay puede aprender a restaurar la seguridad y la tranquilidad para sus ciudadanos.
Es crucial que las autoridades paraguayas actúen con rapidez y determinación para neutralizar las organizaciones criminales antes de que su poder y alcance crezcan. Ecuador enfrenta una grave conmoción interna, y Paraguay debe aprender de esta situación para evitar que suceda lo mismo en su territorio.