Durante el mes de diciembre, la Municipalidad de Asunción, en conjunto con el consorcio Parxin, implementó de manera «experimental» el sistema de estacionamiento tarifado, que se supone debe entrar en vigencia a partir del mes de enero del año 2024. Señora, señor: no se sorprenda usted si no se enteró de esto que le estamos comentando, puesto que la comunicación y la socialización del tema por parte de las autoridades es sencillamente deficiente, por no decir pésima e inaceptable bajo todo punto de vista.
Ya en un anterior editorial, La Tribuna advertía que todo lo concerniente a Parxin se trataba de una auténtica oda a la improvisación. De hecho, así se tituló nuestro artículo de opinión: «Oda a la improvisación». Desgraciadamente, a medida que pasan los días, el tiempo nos está otorgando la razón.
A estas alturas, no sabemos si realmente traerá una solución efectiva al caos reinante en el ordenamiento vehicular de la madre de ciudades, si se logrará la formalización de la gavilla de extorsionadores, conocida como «cuidacoches» (la mayoría de ellos lo último que hace es resguardar los autos de sus «clientes») y cuestiones básicas como la puesta en vigor de la aplicación y el tarifamiento en horario nocturno.
Las autoridades comunales deben hacer los deberes y tomarse esto muy en serio; caso contrario, hasta podría ser contraproducente electoralmente para quienes detentan el poder, al tratarse de algo por demás sensible para el ciudadano común.
