Iniciamos una semana decisiva para el futuro de Paraguay. Nos encontramos en un momento crucial, ya que la renegociación del Anexo C del Tratado de Itaipú es vital para nuestro país. La estrategia a seguir debe centrarse en los intereses, tanto nacionales como en los de la contraparte brasileña. Mientras nuestro país se ha interesado en monetizar la energía, Brasil ha dado mayor importancia a utilizar los recursos energéticos para abastecer sus industrias. Este entendimiento debe ser el punto de partida para la estrategia paraguaya con el fin de lograr objetivos de peso a nuestro favor.
La central hidroeléctrica de Itaipú es un recurso fundamental para el país, y la revisión de los términos del acuerdo es una oportunidad para garantizar un trato justo y equitativo. Más aún, es una oportunidad para establecer una postura centrada prioritariamente en los legítimos intereses de Paraguay.
Por lo tanto, la estrategia del gobierno debe comenzar por identificar el propósito fundamental que busca Paraguay, es decir, el interés subyacente de nuestro país en relación con Itaipú. Además, se debe velar en todo momento por la transparencia, la diplomacia y la firme defensa de la soberanía energética. Paraguay debe buscar una mayor participación en la gestión de la energía producida por Itaipú y un aumento en la compensación económica por la energía exportada, en línea con las tarifas de mercado. La diversificación de las fuentes de energía y el desarrollo de la infraestructura energética son objetivos que deben ser considerados en la negociación.
Es esencial que Paraguay aproveche la posición estratégica de Itaipú para fortalecer su economía y reducir su dependencia de terceros. Esto parece erigirse como nuestro principal interés en la negociación. La estrategia y el diálogo con Brasil serán cruciales para alcanzar un acuerdo beneficioso para ambas partes.
La revisión del Anexo C de Itaipú representa una oportunidad única para Paraguay, ya que ofrece la posibilidad de afirmar la soberanía y promover un desarrollo real y sostenible. La estrategia debe ser firme en la defensa de los intereses nacionales, sin sacrificar la cooperación bilateral, y debe priorizar un acuerdo equitativo que contribuya al crecimiento económico y al bienestar de los paraguayos.