Guardó silencio por mucho tiempo. No atendió el teléfono. Creyó, tal vez, que las publicaciones iban ser por unos días. Sabía, posiblemente, que otros grupos de prensa no iban a tomar las denuncias. Finalmente, ante el pedido de informe de la Contraloría y de aclaración de dos sindicatos, habló para dos medios colegas.
José Cantero Sienra, como presidente del BCP, se vio forzado por La Tribuna a enviar un mismo texto, como defensa, a abc y Última Hora. Obviamente para eso se ajustó el nudo de la corbata, se llenó de palabras técnicas, y con ese rostro de arrogancia que habrá impunidad a su gestión en el BCP, mintió a la opinión pública, de forma caprichosa y descarada.
A un medio de prensa afirmó que nunca fue juez y parte. Al otro re aseguró que no hay sanción a la empresa donde él trabajó, auto excluyendo primero su gestión. Claro que fue juez y parte: Su firma avaló la pena a la empresa donde antes fue gerente general, pero, repetimos, antes se tomó el bastardeo de sacar el tiempo de su gestión. Claro que hubo sanción: La resolución existe, sólo que los afectados pidieron la reconsideración de la misma.
Las medias verdades son parte del estilo de Cantero y de su socio de la Superintendencia de Banco, Hernán Colmán. Nunca nadie nomas les contradijo para sacarles la careta y se vean sus mentiras atadas de manera «seria y profesional». Una auditoria a sus gestiones hallarán miles de hojas de papeles, interpretando leyes y resoluciones, cómo se les antoja, disfrazando así los abusos y errores de la misma Superintendencia, y desatendiendo explicaciones e interpretaciones de las instituciones reguladas.
Cantero Sienra, alegremente, insiste que no es juez y parte. Definitivamente, es juez y parte en el proceso y, seamos claros, hasta en toda las recaudaciones que se generan por multas. Éste último ya es un agregado, pero que también merece una observación, pues las multas, habría que ver, si van al Tesoro Nacional. Una investigación más severa hasta podría encontrarse con despilfarro con las fuertes sumas de dinero que se producen con las multas.
El punto mencionado también precisa una aclaración, que pasa, tal vez, por modificar la Ley. Por ahí, esas recaudaciones por multas deban ser claramente derivadas a entidades e instituciones que cumplen roles de atención a sectores más vulnerables, solo por dar un ejemplo. Pues puede resultar fácil aplicar las multas, que si no tiene buen control puede encaminar una mina de oro. Mas aún cuando se sabe que hay aprietes a entidades que no son amigas.
En fin, por fin habló Cantero Sienra. Lo hizo para dos empresas colegas. Cualquier lector que trate de ser mediamente objetivo encontrará en las publicaciones de abc y Última Hora un buen nivel de arrogancia del presidente del Banco Central del Paraguay. En ese su intento de seguir vendiendo el rostro de funcionario técnico, hay igualmente un alto grado de soberbia e incompetencia y, lo más grave, consecuentemente, por sus mentiras, solo logra consolidar el olor a corrupción y el nicho de escándalo que hoy rodea su administración al frente de la máxima banca de la República.