El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) puso en marcha el plan «Cultivar Tomates Todo el Año», una iniciativa que busca garantizar el abastecimiento de este producto esencial en la mesa paraguaya. Se trata de una medida absolutamente plausible, no solo por el impacto positivo que tendrá en la economía de los productores, sino también por la solución a un problema recurrente: la escasez estacional, el ingreso de tomate de contrabando y la volatilidad de los precios.
Cada año, la historia se repite. En temporada alta, el tomate abunda y los precios caen, afectando la rentabilidad de los productores. En temporada baja, la oferta disminuye, los precios se disparan y el contrabando prolifera. Esta realidad no solo golpea a los consumidores, sino que también socava el desarrollo de la agricultura nacional, al desincentivar la inversión y profesionalización del sector.
Paraguay cuenta con condiciones úinicas para la producción hortícola. La tierra es fértil, el clima es benigno y las tecnologías modernas permiten sortear los altibajos climáticos. Sin embargo, la deficiencia en asistencia técnica y el acceso limitado a financiamiento han sido, históricamente, los principales obstáculos para el crecimiento sostenible del sector. De ahí la importancia de este plan, que, más allá de la simple promoción de cultivos, debe traducirse en un apoyo real y constante a los productores.
Según el MAG se está avanzando con el monitoreo de cultivos en Villeta, 3 de Mayo y Caazapá. El acompañamiento técnico es clave para asegurar una producción eficiente, con insumos adecuados y prevención de enfermedades. Pero esto debe ser una política de Estado a largo plazo, que incluya capacitación permanente, incentivos a la inversión y mecanismos de regulación para frenar el ingreso de productos de contrabando que distorsionan el mercado.
Si Paraguay es un país eminentemente agrícola, resulta incomprensible que dependamos de importaciones para abastecer nuestra demanda interna de frutas y hortalizas. La experiencia de sectores como el de la banana demuestra que con organización y respaldo, es posible no solo producir para el mercado local, sino incluso exportar. Es momento de aplicar esa misma lógica a otros rubros estratégicos.
Garantizar la producción de rubros hortigranjeros todo el año es una necesidad social y económica. La clave estará en la continuidad, la expansión del programa y el compromiso firme con nuestros productores. La producción nacional debe avanzar apuntando a transformar el ciclo de escasez y dependencia en una verdadera soberanía alimentaria. Condiciones sobran.