La histórica inscripción de más de mil mujeres en el CIMEFOR, superando en número a los varones, es un hecho que merece una profunda reflexión. Las jóvenes paraguayas nos están enviando un mensaje poderoso y cargado de significado. No se trata solo de números, sino de una actitud que conecta con la esencia misma de nuestra historia: la valentía, el coraje y el compromiso de las mujeres en los momentos más críticos de la patria.

Las mujeres paraguayas han demostrado su temple a lo largo de los siglos. Durante la Guerra de la Triple Alianza, además de ser sostén de sus familias en medio del caos, también empuñaron bayonetas para defender a la patria. Más tarde, tras la devastación, lideraron la reconstrucción del país. En la Guerra del Chaco, su apoyo fue vital, desde los fortines hasta los hospitales de campaña. Esta nueva generación parece estar retomando ese legado de manera voluntaria, en una sociedad que por primera vez les abre las puertas del CIMEFOR.

El contraste con el menor interés de los varones por el servicio militar es evidente y nos invita a cuestionar qué valores les estamos transmitiendo. Es innegable que la imagen de las Fuerzas Armadas ha sufrido el desgaste de los años de dictadura y los abusos del pasado. Sin embargo, también debemos reconocer una mala propaganda que ha permeado en ciertos sectores, desalentando cualquier forma de vínculo con el servicio militar y, por extensión, con la defensa nacional.

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El llamado de estas jóvenes a las filas del CIMEFOR debería hacernos reconsiderar nuestro concepto de patriotismo, soberanía y defensa. Más allá de su contribución concreta en roles militares, estas mujeres nos están recordando que la defensa de la patria es un deber colectivo, no exclusivo de un género.

¿Dónde están los varones? ¿Qué mensaje envía la sociedad a los jóvenes sobre la defensa nacional? Estas son preguntas que no podemos evadir. Si la defensa de nuestra patria está siendo asumida con mayor entusiasmo por mujeres, ¿qué estamos haciendo para inspirar a los varones a cumplir también con este deber cívico?

La participación de las mujeres en el CIMEFOR es un acto de coraje y un recordatorio de que la historia de Paraguay ha sido escrita con el sacrificio de todos, pero, en muchos momentos, sostenida por las mujeres. Nuestras jóvenes nos están enviando un claro mensaje y es compromiso y responsabilidad de nuestros dirigentes tomar el desafío y brindar respuestas.