La decisión del Congreso de sancionar las modificaciones a la Ley 4.457/12 constituye un gran paso para el reconocimiento y fortalecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) en nuestro país. Este sector, que representa el 98% de las empresas registradas y genera el 75% del empleo formal del país, está siendo colocado en el lugar que siempre mereció: el de protagonista indiscutible de la economía nacional.

Durante décadas, las Mipymes han sido motores silenciosos del desarrollo, enfrentando barreras como la informalidad, el limitado acceso al crédito y la escasa protección social. Con esta reforma, que introduce incentivos clave para la formalización, principalmente en los primeros tres años de actividad, se abre una nueva era. La posibilidad de realizar trámites totalmente en línea y la mejora en la protección social de los microempresarios son pasos concretos hacia un sistema más inclusivo y eficiente.

No es menor destacar que las Mipymes, junto con el sector de maquila, están transformando la estructura económica del país. Paraguay, tradicionalmente dependiente de los commodities, está viendo cómo las exportaciones de estos sectores diversifican nuestras fuentes de ingreso y generan empleo de calidad.

Unite al canal de La Tribuna en Whatsapp

Sin embargo, la aprobación de la ley es solo el comienzo. La verdadera transformación dependerá de la capacidad de las instituciones estatales para implementar los cambios propuestos. La interconexión entre entidades como el Viceministerio de Mipymes, el SNPP, el Sinafocal y el Ministerio de Economía será fundamental para garantizar que los beneficios lleguen de manera ágil y efectiva a los emprendedores.

Desde la perspectiva de los emprendedores también es importante recordar que la formalización no debe ser percibida como un peso burocrático, sino como una oportunidad para acceder a beneficios como créditos a tasas diferenciadas, programas de capacitación y redes de apoyo empresarial. Las Mipymes no solo necesitan incentivos, sino también un cambio de mentalidad que valore la formalidad como un camino hacia el crecimiento sostenible.

El impacto positivo de esta ley podría ser trascendental. Con la correcta aplicación de las medidas, no solo se fortalecerá el sector empresarial, sino que también se impulsará el desarrollo económico y social del país.