El Tratado de Libre Comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) puede marcar un antes y un después en la historia comercial de ambos bloques. Este acuerdo, considerado un hecho histórico, representa una oportunidad sin precedentes para el Paraguay y sus socios del Mercosur, al abrir las puertas a un mercado de alto poder adquisitivo y vastas posibilidades de inversión.
Con la eliminación gradual de aranceles, el 95 % de los productos paraguayos podrán ingresar al mercado europeo sin cargas tributarias, posicionando a Europa como el tercer destino de nuestras exportaciones. Productos clave como soja, carne bovina, arroz y autopartes se beneficiarán de estas condiciones favorables. Además, se contemplan reglas de origen especiales para autopartes y una cuota exclusiva de 10.000 toneladas de azúcar orgánica, lo que refuerza la competitividad de nuestro país.
El impacto de este acuerdo no se limita al comercio. Aunque el tratado no incluye un capítulo específico sobre inversiones, la experiencia de la UE con otros países sugiere un efecto positivo en este ámbito. Ejemplos como Argelia, Chile y Egipto demuestran cómo la inversión europea puede multiplicarse tras la firma de acuerdos similares. Para Paraguay, esto se traduce en una oportunidad de atraer capital extranjero, diversificar su estructura productiva y fortalecer su economía.
El presidente Santiago Peña calificó este convenio como “una oportunidad única” para proyectar a Paraguay en el escenario global. En términos macroeconómicos, se estima que para 2040 el acuerdo podría aumentar el PIB real en un 1 %, mejorar el bienestar general de la población en un 1,5 % y generar un incremento del 0,5 % en las exportaciones.
Sin embargo, no todo está dicho. La implementación del tratado enfrenta obstáculos, como la aprobación en los parlamentos de los 27 países de la UE y la oposición de Francia y otros sectores. Estos desafíos, no obstante, no deben empañar la relevancia de este logro. Si tras 25 años de negociaciones se logró llegar a un consenso, hay razón para confiar en que el tratado se materialice en un futuro cercano.
El Mercosur y la UE tienen mucho que ganar con este pacto. Para Paraguay, representa una oportunidad de integrarse al mundo, consolidarse como un país exportador de alimentos y atraer inversiones que potencien su desarrollo. Es fundamental que nuestras autoridades y sectores productivos trabajen en conjunto para maximizar los beneficios de este acuerdo histórico, que podría marcar el inicio de una nueva era de prosperidad y crecimiento para nuestra nación.