La propuesta de la ANDE, bajo el nombre de “Consumo Inteligente”, es claramente un intento de disfrazar la ineficiencia de la institución. En lugar de solucionar los problemas estructurales que enfrenta la red de distribución eléctrica, la empresa estatal parece más interesada en trasladar la responsabilidad al usuario, pidiéndole que renuncie al confort que brinda un acondicionador de aire durante los sofocantes días de verano.

Es inconcebible que una compañía cuyo propósito es vender electricidad sugiera “racionalizar” su uso en horarios clave. Aparentemente, para la ANDE, el sacrificio de los ciudadanos —que se verían obligados a reorganizar sus rutinas para evitar las tarifas de “punta”— es menos importante que asumir su deber de garantizar un suministro adecuado y eficiente.

Además, el supuesto ahorro que promete la iniciativa raya lo insignificante: trasladar el uso de un acondicionador de aire durante dos horas diarias podría ahorrar apenas 36.000 guaraníes al mes, una cifra que no compensa el costo de sufrir el calor extremo en los horarios de mayor necesidad. El ciudadano paraguayo merece una mejor solución, no parches que solo enmascaran la ineficiencia administrativa y técnica de la ANDE.

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Lo más preocupante es que esta medida surge en un contexto donde la empresa ha fracasado en abordar problemas más graves. El colapso del sistema eléctrico en años recientes dejó expuesta una red saturada y desactualizada. En el anterior verano, este colapso se atribuyó al funcionamiento de las criptominerías ilegales que consumen energía en niveles industriales. Se realizaron varios procedimientos para desmantelar dichas plantas. Sin embargo, ¿dónde están los responsables? ¿Se recuperaron las pérdidas ocasionadas a la institución y a los usuarios?

Es hora de que la ANDE deje de buscar excusas absurdas y enfrente los verdaderos problemas: corrupción interna, falta de inversión en infraestructura y la incapacidad de anticipar y responder a la creciente demanda de energía. Las soluciones no están en campañas publicitarias, sino en un compromiso serio con la modernización del sistema y la rendición de cuentas.