Paraguay está viviendo un momento sin precedentes en el ámbito del turismo de eventos. Como nunca antes, nuestro país está demostrando que tiene las condiciones ideales para posicionarse como un destino estratégico en la región, aprovechando nuestra ubicación privilegiada, la infraestructura hotelera de primer nivel y el calor humano que caracteriza a nuestra gente.
La final de la Copa Sudamericana, que reúne a miles de aficionados en Asunción, es solo un ejemplo del potencial que estamos capitalizando. A esto se suman eventos internacionales de gran relevancia, como la Asamblea de la FELABAN, la reunión de la OEA y el encuentro de líderes regionales sobre la Ruta Bioceánica. Estos acontecimientos no solo generan impacto económico inmediato, sino que también proyectan una imagen positiva de Paraguay ante el mundo.
Lo destacable es que esta dinamización no se limita a la capital. Ciudad del Este, con la exitosa Reunión Internacional de Magistradas de Latinoamérica, y Encarnación, que fue sede del encuentro de alcaldes del Mercosur, demuestran que el interior también tiene mucho que ofrecer. Estas ciudades han sabido mostrar su capacidad para organizar eventos de gran envergadura, distribuyendo los beneficios económicos y promocionando sus atractivos únicos.
El desafío ahora es mantener y potenciar esta tendencia. Esto implica garantizar la calidad en los servicios turísticos, reforzar la seguridad y trabajar en la formación del talento humano que se desempeña en este sector. También es fundamental hacer gala de una de nuestras principales características como paraguayo, con la “cultura de hospitalidad” y que eso deje en los visitantes recuerdos imborrables de su estadía en Paraguay.
El turismo de eventos es una oportunidad para el presente, pero también es sin duda una inversión en el futuro. Cada visitante que pisa nuestro suelo, ya sea para un congreso, un evento deportivo o un encuentro empresarial, se convierte en un embajador potencial de lo que Paraguay tiene para ofrecer.
La fiesta en la Costanera, el bullicio en los hoteles y la emoción en las canchas están abriendo el camino de grandes oportunidades para nuestro país, el compromiso debe ser seguir trabajando entre todos para cosechar los frutos.
