El 18 de octubre es una fecha emblemática para el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que conmemora la gesta revolucionaria de 1891, un levantamiento contra el gobierno del presidente Juan Gualberto González, percibido en su momento como tiránico. Esta efeméride representa para los liberales la lucha histórica por la libertad política y la defensa de los derechos ciudadanos.
Sin embargo, en el presente, la celebración de esta fecha se ve opacada por la profunda crisis que atraviesa el principal partido de oposición, el cual se encuentra debilitado, inmerso en conflictos internos y cada vez más alejado de su rol como alternativa política.
Los últimos resultados electorales, que fueron catastróficos para el PLRA, agravaron su deterioro. En otro momento, el partido fue el principal referente opositor, con una presencia sólida en la escena política nacional. Hoy, esa imagen se ha diluido, en gran parte por la falta de renovación en su liderazgo, los errores cometidos por sus dirigentes y la incapacidad de adaptarse al contexto social y global actual. Los liberales, que alguna vez encarnaron ideales de progreso, ahora parecen atrapados en una crisis institucional que amenaza con desdibujarlos del panorama político.
La última convención partidaria, marcada por la controversia y el rechazo de un sector importante del partido, resolvió adelantar las elecciones internas para renovar las autoridades y darle legitimidad a la presidencia. Además, se aprobó la reforma de los estatutos partidarios, en un intento por recuperar la cohesión interna. Pero estas medidas siempre serán insuficientes si no van acompañadas de un cambio más profundo, uno que devuelva al partido su esencia como defensor de la democracia, la honestidad y la libertad.
El PLRA tiene una historia que no puede ser ignorada. Durante la dictadura, fue uno de los principales baluartes en la defensa del retorno a la democracia, y sus aportes a la construcción del Paraguay democrático son innegables. Sin embargo, la fuerza que le otorgaba ese legado histórico parece hoy insuficiente para afrontar los desafíos del siglo XXI. El Paraguay actual exige un partido que no solo mire al pasado, sino que también proyecte el futuro, con propuestas que respondan a las nuevas realidades sociales, económicas y políticas.
Es imperioso que los líderes liberales encuentren los mecanismos para reenfocar al partido y revitalizar su propuesta. No hacerlo pondría al PLRA en el peligro de desaparecer del mapa político, dejando al país sin una opción opositora fuerte, algo que no contribuye a la construcción de una democracia fortalecida. La conmemoración del 18 de octubre debería ser más que un acto de recordación histórica una oportunidad para que el partido liberal recupere sus ideales de gobierno de leyes, honestidad y libertad, y los transforme en un proyecto político viable para el Paraguay de hoy.