El pasado domingo, el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) llevó a cabo una convención donde, por una abrumadora mayoría, los convencionales decidieron convocar a elecciones anticipadas. El objetivo: acelerar la salida del actual presidente del partido, Hugo Fleitas, y proceder a una reforma de los estatutos partidarios.

A primera vista, la intención de legitimar la presidencia a través de elecciones es loable, y una renovación del estatuto parece urgente para enfrentar las realidades políticas actuales. Sin embargo, un análisis más profundo de los acontecimientos de la convención nos lleva a una conclusión menos optimista: el PLRA se mantiene atascado en el pasado, sin renovación ni modernización real en su dirigencia o su discurso.

En editoriales anteriores hemos destacado la importancia del PLRA en la historia política paraguaya, especialmente en su papel durante la transición democrática. También advertimos sobre la profunda crisis interna que atraviesa, una crisis que le ha hecho perder protagonismo en la vida política nacional. El partido parece no encontrar su rumbo en un panorama político cada vez más dinámico y competitivo. La renovación que tanto necesita no se vio reflejada en los actos de la convención.

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Lo que se pudo observar a través de las transmisiones por redes sociales fue más de lo mismo: los mismos personajes que han llevado al partido a la debacle, sin signos de renovación en la dirigencia. Tal vez lo más preocupante fue la escasa o nula participación juvenil. Este es un síntoma claro de que las nuevas generaciones siguen siendo relegadas, sin espacio para influir en las decisiones cruciales del partido. Es evidente que sin la inclusión de una juventud activa y comprometida, el PLRA continuará en declive.

Otro aspecto desalentador fue el tono de los discursos. Los oradores rememoraron narrativas de confrontación y división que pertenecen a una época que la sociedad paraguaya está tratando de superar. En lugar de aprovechar la convención para presentar una visión de futuro, se optó por discursos que revivieron un maniqueísmo que ya no resuena con la ciudadanía.

La sociedad paraguaya, cansada de la polarización, busca estabilidad, paz y propuestas concretas que mejoren su calidad de vida. Pero en la convención no se escuchó nada que se asemeje a una visión de país ni a un proyecto de desarrollo nacional. Este es, quizá, uno de los factores que explica los desastrosos resultados electorales que el PLRA sigue acumulando.

Es indiscutible que el PLRA necesita una profunda transformación si desea recuperar su relevancia. El partido debe abrirse a la renovación, no solo en su dirigencia, sino también en sus ideas.

La modernización de sus estatutos debe ir acompañada de una actualización de su discurso y una estrategia clara de inclusión de las nuevas generaciones. Solo así podrá recuperar su protagonismo y responder a las expectativas de la ciudadanía paraguaya. De lo contrario, seguirá siendo un partido paquidérmico, alejado de la realidad política y social del Paraguay actual y cada vez más decadente.