En un meritorio logro para la justicia paraguaya, un tribunal de sentencia condenó a Laura Villalba Ayala, hermana de la conocida líder del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), Carmen Villalba, a 25 años de cárcel, sumados a seis años de medidas de seguridad. Esta condena representa un acto de justicia contra una de las piezas clave de esta organización criminal, pero además envía un mensaje contundente sobre la determinación de nuestro sistema judicial de combatir el flagelo que representa el EPP.
El autodenominado Ejército del Pueblo Paraguayo, una organización criminal que ha sembrado terror y destrucción en nuestro país, también tiene el triste mérito de poseer una capacidad alarmante para destruir vidas. No solo ha arrebatado la libertad y el futuro de jóvenes como Laura Villalba, quienes terminan atrapados en el círculo vicioso de la violencia y el crimen, sino que también ha causado un dolor irreparable a las familias de sus víctimas. Los nombres de compatriotas como Cecilia Cubas, Luis Lindstron, Edelio Morínigo, Oscar Denis y Félix Urbieta resuenan como testimonios trágicos de las atrocidades cometidas por esta organización.
Es alentador observar cómo la justicia paraguaya continúa su labor implacable contra el EPP, un verdadero cáncer que lastima profundamente a nuestra sociedad. Cada condena y cada acción judicial son pasos necesarios para erradicar este mal que ha golpeado a tantos hogares paraguayos. Sin embargo, la lucha no termina con las condenas locales. La cooperación internacional, especialmente con nuestros vecinos argentinos, es fundamental para cerrar el cerco contra esta organización.
La condena de Laura Villalba es un llamado para el gobierno argentino, instándolos a expulsar a los miembros del EPP que encuentran refugio en su territorio. Es imperativo que con la nueva administración argentina se termine la percepción de que este país se ha convertido en una guardería para potenciales integrantes del EPP, como ha sido señalado durante el periodo del kirchnerismo. La expulsión y entrega de estos criminales a la justicia paraguaya, además de representar un acto de solidaridad, será una medida trascendental para garantizar la seguridad en la región.
Laura Villalba fue hallada culpable de asociación terrorista, violación de la ley de armas y otros delitos, en un juicio donde todas las pruebas presentadas por el Ministerio Público fueron contundentes.
Esta nueva condena es un gran paso hacia un Paraguay más seguro y justo, pero la lucha continúa y debe seguir hasta poner a todos los integrantes de esta banda tras las rejas y dejar libre el territorio del norte de este tipo de organizaciones, que siembran inseguridad y terror en aquella región del país.