El 28 de febrero de 2023 es un día histórico para Paraguay y Brasil. En esta fecha se cancela la totalidad de la deuda por la construcción de la represa hidroeléctrica binacional Itaipu. Este año también se tiene que renegociar el Anexo C, del Tratado, firmado en abril de 1973.
Esta renegociación es percibida por toda la sociedad como la oportunidad para que nuestro país obtenga más recursos para impulsar el desarrollo y atenuar la pobreza. Desde 1984 Paraguay ha venido entregando su parte correspondiente de energía al Brasil, recibiendo a cambio una compensación.
Estamos a puertas de unas elecciones generales y con un gobierno que está preparando su salida, pero que en estos cinco años hizo muy poco para transparentar Itaipú. De hecho, Mario Abdo Benítez inauguró su gestión con el famoso “acuerdo secreto” del 2019, que casi le valió un juicio político.
La disyuntiva que se le presenta a Paraguay ante la renegociación es disponer de la totalidad de la energía que le corresponde por el Tratado o seguir vendiéndole al Brasil. En este último caso, lo que se tiene que plantear es un precio justo, dado que nuestro socio en la binacional está pagando una suma irrisoria por la energía paraguaya en Itaipú.
Es así que a la administración de Abdo Benítez, le restan solamente cinco meses en el poder. Durante estos cinco años no hubo transparencia de su gobierno en cuanto a la estrategia que planteará Paraguay en una mesa de negociación.
En su gestión, Abdo Benítez cambió cinco ministros de Relaciones Exteriores. El actual canciller, asumió en mayo del año pasado y en más de una ocasión cuando se le consultó sobre las negociaciones respondió que enviaron notas oficiales al Brasil, solicitando el inicio de las tratativas, pero que nunca tuvo respuestas.
El nuevo presidente brasileño, Inacio Lula da Silva, extraoficialmente ya ha anunciado que prefiere esperar que asuman las nuevas autoridades en agosto, para encarar una negociación.
Mientras tanto, Brasil ya realizó varias maniobras, que dejarán maniatadas al Paraguay, como la reducción unilateral de tarifa y otros hechos consumados, como la construcción de dos puentes, financiados con fondos de Itaipú.
Se perdieron cinco años, en uno de los temas que puede cambiar el futuro de la República. La sociedad desconoce la estrategia que será planteada para la defensa del interés nacional en Itaipú. Ahora solo restará esperar que el próximo gobierno que asuma ponga a cargo a verdaderos patriotas y las mejores mentes para encarar las negociaciones.
