Estamos en la era de la tecnología. Paraguay no puede andar como furgón de cola ante tal realidad. Necesita avanzar en el uso productivo de las herramientas digitales. Será la manera de atender los grandes retos que se están dando a nivel global. Amén que la tecnología es la herramienta para atender diversas áreas como educación, cultura, seguridad, transparencia, entre otras. La sociedad digital es todo un nuevo modelo de gobernanza.
Hay esfuerzos importante en el país. Sin embargo, resultan insuficientes sin un soporte integral. Hace falta al país un desarrollo nacional de estrategia digital. Hay buena gente entendida en el rubro que deben ser tenidos en cuenta. La participación de los expertos, dentro de una sinergia público privada, puede proyectar una agenda de desarrollo nacional mediante una agenda digital. La clase política debe acudir a modelos digitales para el crecimiento país.
El trabajo, coordinación y el compromiso de una Nación que recurra y usa las herramientas digitales, lastimosamente, no aparecen ni en los discursos en la multitud de candidatos que buscan un espacio de poder en el 2023. Éste siglo XXI es una obligación para toda la clase política encaminar al Paraguay en ese mundo fascinante de la ciencia y tecnología. De lo contrario, el fracaso en el quinquenio próximo es una voz cantada.
El mundo del conocimiento impone fortalecer la coordinación de las diversas agencias y centros de investigación con el soporte de la tecnología de punta. Se debe impulsar el crecimiento de la inversión en investigación y desarrollo, con énfasis en el sector productivo para generar empleo de mayor calidad y capacidad de innovación. Todo es posible y hay que insistir en ese modelo hoy que la Nación guaraní camina a la elección de nuevos liderazgos en el 2023.