Una reunión sin sentido en la Comisión Permanente del Congreso

Lo adelantamos en el Editorial anterior que no iba a salir nada concreto de la reunión propiciada por la Comisión Permanente del Congreso con relación al Anexo C de Itaipú. Así se confirma por las mismas declaraciones oficiales del Canciller Julio César Arriola; presidente de ANDE, Félix Sosa, y del director paraguayo de la Binacional, Manuel María Cáceres. Lo único claro es que el actual Gobierno irá sin dejar siquiera un borrador de cómo encarar la negociación con Brasil.


El canciller Arriola sólo mencionó la cumbre marcada con los negociadores brasileños, prevista para el próximo 13 de agosto. Habría que ver qué plan o idea tiene al respecto el Paraguay y quiénes son los que serán parte de la delegación nacional. Se debe tener en cuenta que el próximo 15 de agosto, dos días después, asume el nuevo Gobierno, y es seguro que habrá cambios en el Gabinete, incluso, hasta de todos los que estuvieron en la reunión convocada por la Comisión Permanente del Congreso.


Que Abdo Benítez termina su mandato sin dejar algo concreto, la reunión sin sentido en el Congreso y la posibilidad que tanto el Canciller y los titulares de la hidroeléctrica y la ANDE sean removidos luego del 15 de agosto prueban la tremenda desprolijidad nacional. Son cinco años perdidos bajo la tutela del actual inquilino del Palacio de los López. Una pérdida de tiempo por ausencia de liderazgo y falta de visión estratégica, hasta de patriotismo.

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Lula, que no es tonto, hace rato chequea, monitorea y está informado de lo que pasa en el país, por lo que estará feliz con la precaria, mejor dicho, inexistente preparación paraguaya para negociar el Anexo C. De hecho, él es uno de los cerebros en mantener a Paraguay bajo el control de la billetera, que ya lo hizo con Lugo cuando pasó de US$ 120 millones a US$ 360 millones, con lo cual negó que el país reciba el 50 por ciento de la energía que le corresponde.


Es una pena lo que se viene, de continuar las cosas tal como están. Aunque hay declaraciones a la prensa, realmente no hay nada sólido unificado como propuesta país para una exitosa negociación del Anexo C, basados en la parte técnica, jurídica, económica y comercial. En la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva, el pasado 1 de enero, sólo hubo un roce protocolar entre el canciller Arriola y su par de Brasil, Mauro Vieira. Como Paraguay no tiene ni negociadores, Brasil ni mostró indicios de querer negociar en serio.


Está cantado que Abdo Benítez, en su informe final, dirá que deja al nuevo Gobierno una hoja de ruta para negociar con Brasil. Por lo que se ve y se escucha, no existe nada de valor para beneficio del país. Volvemos a reiterar, Paraguay debe hacer uso del 50 por ciento de la energía que produce la usina y con eso se ayudará, como nunca antes, a desarrollar la Nación. Brasil, con el experimentado Lula, tiene definida su jugada: Vendrá con su agenda conocida; más dinero para que siga creciendo a costa de Paraguay.