La administración del intendente municipal de Encarnación, Luis Yd, enfrenta una intensa disputa con la Junta Municipal, en especial con un sector de la bancada colorada. Este tipo de confrontaciones, aunque pueden ser vistas como un mecanismo saludable para asegurar la transparencia en la gestión de los recursos públicos, se va radicalizando al punto de perjudicar a los contribuyentes y detener el progreso de importantes proyectos para la ciudad.
La falta de madurez política y la incapacidad de encontrar un punto de equilibrio, mediante acuerdos que prioricen los intereses ciudadanos por encima de los partidarios, es un problema evidente. Encarnación, gracias a las obras ejecutadas por Yacyretá, se ha transformado notablemente, convirtiéndose en un importante destino turístico con playas, turismo de compras y una vibrante vida nocturna. No obstante, el avance en áreas vitales como el mejoramiento del sistema de transporte público se ha visto estancado por las mezquindades políticas.
Recientemente, la Junta Municipal aprobó una reestructuración de la deuda municipal, que asciende a G. 15.800 millones, pese a la abstención de la bancada colorada debido a su desacuerdo con el plazo de vencimiento de cuatro años. Simultáneamente, se aprobó por unanimidad un préstamo de G. 7.000 millones con vencimiento en marzo de 2025. La suma total de las deudas municipales es de G. 15.400 millones, distribuidas en varias cuentas con una misma entidad bancaria, con vencimientos en dos y tres años. La renegociación de estas deudas se logró con el apoyo de la bancada aliada al intendente, logrando una reducción de la tasa de interés del 15% al 12%.
Para la bancada colorada, la extensión del plazo de vencimiento no es aceptable, argumentando que no desean que la administración actual deje deudas a las futuras administraciones. En contraste, sí aprobaron un nuevo préstamo de G. 7.000 millones, a ser pagado a principios del próximo año, cuando se esperan mayores ingresos municipales.
La gestión de Luis Yd ha sido objeto de acusaciones de mala administración económica. Se alega que desde 2016, la deuda municipal ha aumentado significativamente. A pesar de las críticas, el intendente defiende su administración y sus planes de nuevos proyectos, que incluyen importantes infraestructuras para la ciudad.
En este escenario de polarización y confrontación, es fundamental que tanto el intendente como los concejales entiendan que su rol debe enfocarse en el bienestar general de la ciudadanía. La función de control de los concejales no debe traducirse en obstrucción, y el intendente debe demostrar madurez y habilidad política para negociar y alcanzar acuerdos que beneficien a la comunidad.
Encarnación tiene un enorme potencial para seguir desarrollándose como un destino turístico de primer nivel. Para lograr esto, es imprescindible que las diferencias políticas no se conviertan en un obstáculo insalvable, y que tanto el ejecutivo municipal como la Junta trabajen en conjunto, priorizando siempre los intereses de la ciudadanía sobre las disputas partidarias.