Al tiempo de presentar su Informe de Estabilidad Financiera (IEF), del mes de noviembre, el Banco Central del Paraguay, resaltó que la economía paraguaya seguirá en un camino positivo, aunque moderado al compararlo con el crecimiento promedio previo a época de pandemia. Desde la banca matriz vieron que los últimos meses, las condiciones financieras internacionales de volvieron más restrictivas.
Los precios internacionales de los commodities agrícolas relevantes para Paraguay se han desacelerado, mientras que los precios del petróleo han repuntado. La incertidumbre sobre la situación macro-financiera global se ha incrementado y los riesgos asociados a las tensiones geopolíticas han generado una mayor volatilidad y aversión al riesgo en los mercados financieros internacionales con el surgimiento del conflicto bélico en Medio Oriente.
En este escenario, los principales riesgos financieros para el corto plazo derivan de la posibilidad de que las tasas de interés externas se mantengan elevadas por un tiempo prolongado y del aumento de las primas de riesgo en un escenario de mayor incertidumbre.
En el plano doméstico, la actividad económica ha mostrado un buen desempeño en los últimos meses y se estima un crecimiento del PIB de 4,5% para el 2023, impulsado especialmente por la agricultura, la generación de electricidad, las manufacturas y los servicios. Por el lado del gasto, se prevé una contribución positiva de la demanda externa neta, del consumo total (privado y público), en tanto que, la formación bruta de capital fijo registraría una contracción en el año
Por su parte, las presiones inflacionarias se han moderado más rápidamente a lo anticipado y se espera que la inflación total cierre el 2023 en 3,8%, convergiendo a la meta del 4,0% en el 2024. En este contexto, la Tasa de Política Monetaria (TPM) se redujo de 8,50% a 7,75% entre agosto y octubre.
En el sistema financiero local, el activo ha mostrado un mayor dinamismo, impulsado principalmente por el aumento de la cartera de créditos, tanto en moneda local como extranjera.
El crédito a los hogares continuó mostrando un crecimiento interanual, explicado tanto por los créditos destinados al consumo general como los destinados a la vivienda. Asimismo, el crédito a las empresas ha seguido con buena dinámica, en un contexto de recuperación de la economía.
Por su parte, el pasivo total ha registrado un buen desempeño en el periodo reciente, explicado por el incremento de los depósitos en ambas monedas, especialmente de aquellos de mayor plazo.
La tasa de morosidad se mantuvo en niveles bajos (3,4% en septiembre). Respecto al año anterior, se ha registrado una disminución de la tasa de morosidad de los préstamos en dólares y un aumento de la tasa de los créditos en guaraníes, aunque se espera que esta última se vaya moderando, en la medida que la actividad económica continúe en su senda de recuperación, el mercado laboral siga mostrando resultados favorables y la inflación se mantenga en niveles bajos.
A su vez, las previsiones permiten la cobertura de más del 100% de los créditos vencidos.
El sistema financiero mantiene buenos niveles de indicadores de liquidez y rentabilidad. Los activos líquidos han aumentado, explicado por la inversión en Letras de Regulación Monetaria (LRM) y por los depósitos en la Facilidad Permanente de Depósitos (FPD).
Los indicadores de rentabilidad han seguido con la trayectoria ascendente iniciada desde fines del 2021, luego del impacto negativo causado por la pandemia. Así, el ROA y el ROE alcanzaron, en septiembre, cifras de 2,3% y 18,1%, respectivamente.
Los indicadores de solvencia se mantienen por encima del mínimo regulatorio. A septiembre de 2023, el capital principal (nivel 1) sobre activos y contingentes ponderados (AyCP) se situó en 13,8% y el capital regulatorio total (nivel 1+ 2) sobre AyCP se ubicó en 17,4%, siendo los mínimos regulatorios establecidos de 8% y 12%, respectivamente.
Los resultados de las pruebas de tensión muestran que la solvencia del sistema financiero, formado por bancos y financieras, se mantiene en niveles por encima de los requerimientos mínimos que establece la regulación, luego de simular choques extremos de baja probabilidad de ocurrencia.
Finalmente, el sistema de pagos ha continuado funcionando con normalidad de forma fluida y eficiente, destacándose la implementación de nuevas funcionalidades del Sistema de Pagos Instantáneos (SPI), realizada en el segundo semestre del 2023.
También se puede observar un mayor uso de los medios de pagos digitales por los agentes económicos, resultado de los avances e inversiones realizadas en la infraestructura financiera de pagos en los últimos años.