La lluvia no fue impedimento de ir a hacer turismo de compras en la frontera compartida entre Paraguay y Argentina, para muchos habitantes de la zona de Asunción y departamentos de Presidente Hayes y Central. El ciclo de vacas flacas, golpea fuertemente al comercio de Clorinda este fin de semana y su golpe de gracia, sigue siendo la la falta de combustible en sus principales surtidores.
Los comercios de Nanawa (ex Puerto Elsa), están recibiendo un aluvión de personas que llegan desde nuestra capital y ciudades cercanas. Los precios son a la mitad de ventajosos que en Asunción y además, casi la mitad de los comercios grandes ya emiten facturas, por lo que la Dirección Nacional de Impuestos Tributarios (DNIT), permiten ingresar hasta 30 kilómetros a la redonda, con productos argentinos comprados en suelo paraguayo.
Esta tremenda diferencia, hace que las estrechas calles de la ciudad del Bajo Chaco, se llenen de despenseros y minoristas, que sin inconvenientes, acompañados de una factura legal, lleguen a comprar sin miedo, tal vez unos pocos guaraníes más caro que en la vecina Clorinda, pero finalmente sin problemas legales y llevando casi todos los productos argentinos que en muchos casos, no se encuentran en la capital.
Conversamos con varios comerciantes que se formalizaron ante Tributaciones y ahora expiden boletas legales. Ellos, nos indican que la gente comienza a confiar más en los negocios que emiten factura legal, porque al tener la boleta, ya no les hacen caso en los puestos de control aduanero de Montepila y Vista Alegre, que a principio del nuevo gobierno, habían aplicado rigurosos controles con decomisos de mercaderías.
Admiten que muchos puestos pequeños, aún no se ponen en regla, pero no tienen los niveles de ventas en comparación con los formalizados. Esto porque nadie quiere correr el riesgo de perder las mercaderías, porque los aduaneros solo quieren ver la factura, explica un comerciante del centro de Nanawa.
Nanawa, un barrio chino
Pasillos, galerías y la única que cobra un peaje para entrar al centro de la ciudad. Así es la antigua Puerto Elsa, una ciudad que si continúa formalizandose, terminará siendo la ciudad supermercado del Gran Asunción. La visitamos con una lluvia que acompañaba nuestros pasos y nos dimos cuenta que, pese a que cambió bastante los últimos 10 años, aún le falta una mejor organización.
Al llegar al puente sobre el riacho Negro, un funcionario municipal, desde hace años cobra una tasa de ingreso a la ciudad, el peaje es de 5.000 guaraníes y se utiliza según explicaba el hombre, para gastos dentro del municipio. Sin embargo, lo que notamos es que no hay instalados basureros ni lugares de descanso para quienes recorren sus calles, que se vuelven inaccesibles en algunos momentos del día, principalmente a la hora de muchas visitas.
Hay muchas casillas informales y las informaciones son escasas. Para poder cruzar a Clorinda, tuvimos que preguntar a varios lugareños quienes nos informaron la forma de cruzar al lado argentino. Tal vez, unos carteles ayuden a encontrar mejor el puente peatonal que se encuentra escondido detrás de varias casillas informales.
La seguridad se fue de vacaciones en Puerto Elsa
Cada pueblo tiene sus características, lastimosamente, la seguridad no es de los mejores puntos en Nanawa, ya que a cada 50 metros hay un puesto que vende combustible en bidones de 20 litros. Esos mismos que se usan para vender agua mineral. Esta informalidad está tan arraigada que nadie dice nada ante el peligro que esto podría ocasionar y de hecho, ya fue causa de grandes incendios en esta pequeña ciudad de Presidente Hayes.
La venta sin control de combustibles, en gran porcentaje llegado desde la República Argentina, bajó a la par que la distribución propia de los carburantes en ese país. Sin embargo, la venta desde las propias narices de las autoridades apostadas en el puesto de Vista Alegre, un poco más arriba adelante del Puente Remanso, continúa como si no fuera una bomba de tiempo, en plena calle, en el sol o, en algunos casos, frente a personas que fuman.
Suponíamos que con la falta de carburantes en el vecino país, la venta informal de combustibles que se venden desde 4.500 guaraníes el litro, sería menor, sin embargo, sigue y en peores condiciones de venta en pleno centro de Nanawa. El problema sigue siendo el silencio cómplice de las autoridades que en algunos casos, hacen la vista gorda y ni proponen un plan para acabar con este flagelo que no trae consigo ningún beneficio, más que para los involucrados en el contrabando.
Clorinda está golpeada
Desde hace casi un mes, la ciudad argentina, como la mayoría del norte del vecino país, viene sufriendo con la falta de combustible y, atendiendo que muchos paraguayos, además de comprar productos para la canasta familiar, buscaban llenar el tanque en la ciudad formoseña, aprovechaban esto para comprar directamente con los argentinos. Hoy, tienen comercios abiertos pero con menos clientes.
Un equipo de nuestro medio, constató esta situación y encontró que siguen las colas a la espera que llegue el cisterna que abastece a las estaciones de servicio de esta ciudad. Algunos paraguayos, que vienen en vehículo, ya cargan lo necesario para viajar ida y vuelta, puesto que se cansaron de esperar a llenar el tanque en Clorinda.
Hasta los propios locales, dejaron de usar sus rodados para moverse internamente por los barrios, prefieren las motos o las bicicletas. Nos dicen que si un vecino ve que se despacha combustible, rápidamente se hace correr la voz los grupos de redes sociales de ellos, para avisar que al fin llegó el cisterna y así ellos parten para cargar combustibles, principalmente antes que los paraguayos, preferentemente en uno de los dos surtidores YPF de la ciudad.
“Ayer, mis vecinos me avisaron a las 15, que llegó la carga de nafta en uno de los surtidores, preferí abrir tarde mi local y me fui a comprar volando antes que haya filas”, comentaba un comerciante de la avenida San Martin, del centro de Clorinda.
El mismo, consultado sobre la cantidad de paraguayos que llegan, respondió que es menos lo que se vende, del otro lado (Nanawa), ya están llevando todo de acá, dice que allá (en Paraguay) está mejor. Acá nosotros, que nos dedicamos al comercio, esa venta en Nanawa nos mata, porque ellos negocian directamente con los distribuidores y no con nosotros, como en este lo harían los paraguayos que visitan acá para comprar, acotó el comerciante.