El debate sobre la negociación del Anexo C del Tratado de Itaipú ha generado expectativas en Brasil y Paraguay. Recientemente, la embajadora y secretaria para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, Gisele Padovan, informó a la Cámara de Diputados brasileña que las discusiones sobre este tema comenzarán a finales de este año.
En una audiencia pública en la Comisión de Minas y Energía de la Cámara de Diputados, Padovan explicó que el Tratado de Itaipú y el Anexo C tienen vigencia indefinida y solo pueden modificarse mediante la firma de un nuevo tratado.
Según ella, las negociaciones estarán a cargo de los Ministerios de Relaciones Exteriores de Brasil y Paraguay, y el documento resultante será sometido a la aprobación del Congreso Nacional de ambos países.
La embajadora también destacó que la diplomacia busca evitar conflictos y que una buena negociación es aquella en la que ambas partes quedan medianamente satisfechas e insatisfechas. Aunque las expresiones de Padovan reflejan un interés en mantener una relación amigable y equilibrada en lo referente a la hidroeléctrica de Itaipú, hay que considerar que Brasil hace tiempo ya tomó la delantera en la cuestión binacional, aplicando la política de hechos consumados, como la financiación de los dos puentes (Integración y de la Ruta Bioceánica) y la reducción de la tarifa de la energía.
Por su parte, la Cancillería Paraguaya de la administración de Abdo Benítez sigue siendo ignorada por Brasil. Esto se demuestra en que Itamarati no ha mencionado formal ni informalmente una fecha para el inicio de la revisión del Anexo C, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de nuestro país.
Los constantes cambios de ministros (cinco en cinco años) también han dejado en evidencia la desatención del gobierno actual a uno de los temas más trascendentales para la República, como lo es el manejo de la cuestión de Itaipú.
El año pasado, el gobierno paraguayo envió tres notas oficiales al gobierno brasileño solicitando el inicio de las negociaciones, pero ninguna de las misivas tuvo respuesta. La falta de avances en este tema ha generado incertidumbre y ha llevado a especulaciones sobre el futuro de la revisión del Anexo C.
Además, el contexto político ha experimentado cambios significativos. La elección de Lula da Silva como presidente de Brasil ha abierto un nuevo escenario en las relaciones bilaterales, incluyendo el caso de Itaipú. En este contexto, el presidente electo de Paraguay, Santiago Peña, visitó a Lula da Silva poco después de su victoria en las elecciones, donde uno de los temas abordados fue precisamente Itaipú.
A medida que se acerca el final del mandato del gobierno paraguayo actual, la falta de una instancia de negociación abierta con Brasil en relación con el Anexo C plantea interrogantes sobre el futuro de las discusiones.
El próximo año será clave para definir el rumbo de las negociaciones del Anexo C de Itaipú y el impacto que tendrán en la relación bilateral entre Brasil y Paraguay. Peña anunció como futuro canciller a Rubén Ramírez Lezcano, quien tendrá la responsabilidad histórica de reivindicar los intereses de Paraguay en las negociaciones.