La Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO), se hizo eco de la dinámica y perspectivas internacionales del mercado del maíz, la cual está atravesando un período de ajustes debido a las variaciones en las proyecciones de producción en los principales países productores.
Mientras Brasil, experimenta una expectativa de cosecha en ascenso, Argentina enfrenta una reducción importante en sus estimaciones, Mientras, Estados Unidos anticipa una mayor superficie de siembra para la próxima campaña.
Así son las perspectivas que manejan
En Brasil, la Compañía Nacional de Abastecimiento (CONAB) ajustó al alza su estimación de cosecha para la campaña 2024/25, ubicándola entre 119,6 y 122,0 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento del 5,5% respecto al ciclo anterior.
Este incremento se atribuye a condiciones climáticas favorables en gran parte del país, con excepción de Río Grande del Sur, donde la restricción hídrica afectó la siembra tardía. La primera cosecha, iniciada en enero, avanza con 23,6 millones de toneladas proyectadas, un 2,7% superior al ciclo previo.
La segunda cosecha, en su etapa inicial de siembra, se expande un 2,4% en superficie, con una previsión de 96 millones de toneladas, mientras que la tercera campaña comenzará en abril con perspectivas de 2,4 millones de toneladas.
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Visión desde Argentina
En contraste, Argentina enfrenta un panorama más desafiante. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) ajustó a la baja su proyección de cosecha, reduciéndola a 46 millones de toneladas, 6,5 millones menos que el ciclo anterior.
Factores como la ola de calor y el déficit hídrico afectaron el desarrollo del cultivo, en especial los lotes sembrados en octubre, que presentan mazorcas de menor tamaño.
En las siembras tardías, aún en floración, las lluvias serán clave para mitigar las pérdidas, sobre todo en Córdoba y el norte del país, donde la situación es más crítica.
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En Estados Unidos y el mundo
A nivel global, la nueva campaña de maíz en EE.UU. arrancará entre abril y mayo, con una expansión de la superficie sembrada a 37,8 millones de hectáreas, 1,2 millones más que en el ciclo anterior.
Con una producción proyectada de 393,4 millones de toneladas, superaría la estimación del WASDE, que la situaba en 377,6 millones de toneladas.
Por otro lado, en términos de demanda, las importaciones de maíz por parte de China se han reducido de 13 a 10 millones de toneladas, lo que ha presionado a la baja el precio del cereal en el mercado global.
Sin embargo, la demanda para biocombustibles se mantiene firme, con una producción estable de etanol en EE.UU., a pesar de las bajas temperaturas del invierno, y exportaciones sostenidas del combustible, que refuerzan el consumo de maíz en ese sector.
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