La Unión de Gremios de la Producción (UGP), afirmó en su boletín semanal, que la siembra de soja en Paraguay se encuentra en su etapa final, con la mayoría de las áreas productivas completando los trabajos esta semana. Aunque el proceso ha avanzado positivamente en regiones como Caaguazú, donde los cultivos germinaron en su mayoría sin problemas, aún quedan algunas zonas en el norte que iniciaron la siembra más tarde.
En Vaquería Caaguazú, Manuel Ocampos, asesor técnico de la Dirección de Extensión Agraria (DEAg), reportó que, pese a un pequeño porcentaje de semillas perdidas, la re-siembra logró que el avance de los cultivos se mantenga en buen curso.
En el departamento de San Pedro, sin embargo, las condiciones varían: mientras algunas localidades ya están en etapa de cuidado de cultivos, otras prosiguen con las plantaciones debido a las lluvias dispersas y la variabilidad de sus volúmenes.
Rian Sosa, productor local, explicó que la siembra ha progresado entre el 50% y el 70%, con adaptaciones a variedades de soja que permiten continuar hasta principios de noviembre si las lluvias no son suficientes. Sosa expresó un moderado optimismo sobre el inicio de la campaña, aunque destacó la dependencia de las condiciones climáticas en los meses venideros.
Los pequeños productores de San Pedro, que enfrentaron años de sequía, han reducido su participación en la siembra de soja, optando en muchos casos por cultivos alternativos como sorgo y sésamo, más accesibles financieramente y que requieren menor disponibilidad de agua.
Condiciones climáticas en la siembra de soja
Según el último informe del Instituto de Biotecnología Agrícola, los niveles de humedad en el suelo presentan una condición variada, desde déficit leve (25-50%) hasta excesos hídricos en ciertas zonas. Estas reservas de humedad se consideran adecuadas en general, especialmente con las recientes lluvias en el territorio nacional, las cuales contribuirán a mantener un perfil hídrico favorable.
Las zonas que requieren mayores precipitaciones incluyen el sur de Canindeyú, el este de Caaguazú, el norte de Alto Paraná y partes de San Pedro, donde los cultivos se encuentran en fase crítica de desarrollo. En estas áreas, las lluvias pronosticadas entre 20 y 50 milímetros podrían ayudar a mantener condiciones óptimas de humedad, minimizando el riesgo de estrés hídrico y favoreciendo el desarrollo saludable de la soja.
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