El ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, la semana pasada resaltó el impacto positivo que tuvo el Programa Hambre Cero en el país, y esto se vio no solo en la provisión de alimentos escolares, sino también en el impulso a las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes).
El ministro explicó que este programa permitió la integración de las Mipymes a la cadena de valor, generando empleos y mejorando las condiciones económicas de los productores rurales, quienes lograron vender sus productos a mejores precios.
Apoyo en ruedas de negocio del Programa Hambre Cero
Giménez señaló que, gracias a la colaboración entre el MIC, el Ministerio de Desarrollo Social (MDS) y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), las ruedas de negocio realizadas en distintas localidades facilitaron que productoras de tomate, entre otros, cerraran acuerdos con empresas adjudicadas para el suministro del almuerzo escolar. Estos productores, en lugar de depender de intermediarios que ofrecían bajos precios, recibieron hasta tres o cuatro veces más por sus productos, lo que motivó a los jóvenes rurales a interesarse nuevamente en el cultivo.
En otro momento, el secretario de Estado destacó que el Programa Hambre Cero no solo se enfocó en asegurar una alimentación de calidad para los niños en edad escolar, sino que también generó empleos y fortaleció la economía local. En ese sentido, explicó que una de las claves del programa fue incluir cada vez más productos nacionales en los menús escolares, reduciendo así la dependencia de alimentos importados y fomentando el desarrollo de las Mipymes como proveedores de esos alimentos.
La formalización fue clave
Para que estas pequeñas empresas pudieran competir y mantenerse en el mercado, el Gobierno implementó medidas de formalización y acceso a herramientas financieras. Giménez explicó que muchas de las empresas adjudicadas pudieron soportar los retrasos en los pagos del Estado debido a su capacidad financiera, pero las Mipymes no contaban con la misma fortaleza. Por eso, el MIC, junto con el Banco Nacional de Fomento (BNF) y otras entidades financieras, trabajó en productos crediticios que ayudaron a las microempresas a descontar sus facturas y evitar caer en la usura.
Recordó finalmente que el Viceministerio de Mipymes, cuyo viceministro es Gustavo Giménez, también capacitó a los pequeños empresarios en áreas clave como contabilidad, marketing, ventas, recursos humanos y liquidación de impuestos. El objetivo final fue que las microempresas crecieran y se convirtieran en pequeñas, medianas y, eventualmente, grandes empresas, consolidando así su presencia en el mercado y contribuyendo al desarrollo económico del país.
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