Las elecciones internas simultáneas, realizadas el pasado 18 de diciembre, pusieron en evidencia muchas deficiencias del proceso electoral y la normalización de varios delitos electorales.
En efecto, en las pasadas elecciones se pudo observar como “un hecho casi normal” el voto asistido. En todos los locales de votación hubo denuncias, sobre todo en los casos de personas de tercera edad, quienes necesitaron acompañamiento de algún familiar para emitir su voto.
Tres organizaciones no gubernamentales emprenden nuevamente el proyecto de observación electoral denominado Sakä. Esta iniciativa ya se había puesto en marcha en el año 1991, en las primeras elecciones municipales de la era democrática.
Las observaciones de Sakä y su conteo paralelo fueron tenidos en cuenta por el General Andrés Rodríguez (+), entonces presidente de la república, para el reconocimiento del triunfo de Carlos Filizola en la Capital y de Julio César “Yoyito” Franco en Fernando de la Mora.
Ahora, la organización Decidamos, el Centro de Documentación y Estudios (CDE) y la Fundación CIRD, se unieron nuevamente para la campaña de observación de las elecciones generales de abril del 2023. Ya comenzaron con la inscripción de los voluntarios, quienes actuarán de observadores y a partir de enero comienzan con las capacitaciones.
Las elecciones internas del pasado 18 de diciembre sirvieron para los responsables de Sakä, un relevamiento de aspectos que se debe observar en las próximas elecciones.
“Fue solo observar para ver las elecciones para ver cómo se dieron libertades que son cercenadas a los electores. Miramos desde la perspectiva del elector. Hicimos un relevamiento. Para las elecciones generales vamos a tener una Guía de Observación y serán observados tres momentos: uno, que es la conformación de la mesa que es al inicio a las 7:00 de la mañana, y segundo momento que es el comportamiento del elector, y el tercero entorno del local electoral”, explicó Susana Aldana, directora de la organización no gubernamental Decidamos.
Delitos que fueron normalizados
Según Aldana las elecciones internas dejaron en evidencia de cómo se fueron normalizando algunos delitos electorales. Citó concretamente el caso del voto asistido, que debe ser una excepción, pero que en las internas se pudo observar en casi todos los locales electorales.
El otro delito electoral, que fue normalizado es el uso de distintivos, en los locales electorales, que se tornó un hecho normal. “Todos, o la mayoría, van a votar con el color de su partido, o con el número de su candidato. Nadie le presta atención, ni nadie va a ser sacado de un local electoral por llevar tal ropa, pero es un delito electoral”, apuntó.
El otro aspecto preocupante, según Susana Aldana, es que se ha vuelto normal que los electores sean trasladados hasta los locales electorales, por una estructura de transporte montada por los candidatos.
La falta de un servicio de transporte público gratuito el día de las elecciones es un gran déficit de nuestro sistema electoral. “Son los candidatos, quienes movilizan a los electores. Es un gran déficit que tiene nuestro sistema, porque el ser transportado condiciona al elector, porque genera una suerte de dependencia de la persona que lo trasladó”, señaló.
Apuntó también que el actual sistema electoral, con la utilización de las máquinas de votación, solamente fue utilizado en dos ocasiones, en las municipales y en las últimas internas y se pudo comprobar que existe una gran deficiencia en cuanto a la capacitación de los electores.
“Ni la justicia electoral ni los partidos políticos desarrollaron una campaña de educación efectiva para capacitar al elector”, dijo.
¿Cuál es el objetivo de Saka, como campaña de observación electoral?
Según Susana Aldana, el programa pretende movilizar a los ciudadanos y capacitarlos para entender mejor el proceso electoral, su importancia, cuáles son sus componentes y las funciones de cada uno de ellos.
“Sakä busca que los ciudadanos entendamos mejor todo el proceso electoral y la importancia de las elecciones para el sostenimiento de la democracia, la importancia de los partidos, de las instancias electorales y aprender sobre eso, en este proceso”, explicó.
Señaló igualmente que el proyecto busca mostrar a los partidos, a las autoridades y a las instituciones que la ciudadanía está organizada y que es también garante y contralor del proceso electoral. Explicó que los observadores tendrán a su cargo registrar los delitos electorales, para eventualmente presentar las denuncias a las instancias que correspondan.
“Es un ejercicio de ciudadanía muy importante que hay que hacerlo a través de una propuesta con un criterio sistematizado. Así también paralelamente, este proceso sirve de capacitación para la ciudadanía para entender todo el complejo proceso electoral”, remarcó.
Más de 900 observadores voluntarios desarrollarán las tareas de observación y relevamiento durante las elecciones de abril del 2023.