China experimenta las mayores muestras de descontento social en la era de Xi Jinping. Las protestas se realizan en varias partes del país, con más participación en Shangái y Beijing, luego de que el régimen impuso su dura política anticovid. Ahora el régimen construye hasta murallas en las ciudades para aislar a quienes están contagiados.
En Shanghái, centro económico del país, hubo miles de personas que se manifestaron en forma pacífica en honor a las víctimas de un incendio que dejó al menos 10 muertos en Urumqi. Los manifestantes dijeron que las restricciones sanitarias muy estrictas, como el bloqueo de las puertas de los edificios, fueron las causas de las bajas. Hasta hubo detenidos por las calles de Shanghái. En la gráfica, se observa a la Policía durante el arresto de uno de los manifestantes en esa ciudad este viernes 27 de noviembre.
La protesta fue que se levanten las restricciones en toda China, pero el régimen endureció su política debido a la cantidad de nuevos infectados. En consecuencia, ya hubo manifestantes que gritaron frases como “abajo el Partido Comunista” y “abajo Xi Jinping”.
Otras manifestaciones pacíficas se verificaron en la universidad de Tsinghua (Beijin) uno de los centros educativos de la élite nacional; en Nanjing, Xi’an, Guangzhou, Lanzhou y Xinjiang. Las protestas generalizadas son inusuales en un país que ejerce un control sobre la disidencia.
Crisis económica
Datos proporcionados por la Oficina Nacional de Estadísticas informaron además que las empresas han visto la disminución de ganancias generales desde el mes de enero hasta octubre, específicamente 22 de los 41 principales polos productivos.
China mantiene su política de ‘cero covid’ como una medida de prevención necesaria para prevenir un eventual colapso de los sistemas de salud. Con casi 40.000 nuevos contagios reportados el sábado último, la nación más poblada del mundo se enfrenta a un rebrote de la enfermedad.
Sin embargo, la gente ya no tiene paciencia. La economía viene abajo con tantas restricciones y los ciudadanos salen a la calle a protestar, no sólo por lo que ocurrió en Urumqi, sino también porque la mayoría ya no aguanta la situación.
