Israel rechazó el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) y continúa bombardeando sobre Gaza. La CIJ dictó una resolución que ordena a Israel a detener de inmediato su ofensiva militar en la ciudad de Rafah, en el extremo sur de Gaza.
La decisión fue adoptada por 15 jueces de todo el mundo por 13 a 2, con la única oposición de Uganda y del mismo Israel. Sin embargo, el gobierno de Israel respondió que las acusaciones contenidas en el fallo son «falsas y repugnantes» y decidió no acatar la resolución.
El ministro de Finanzas israelí, Bezalel Smotrich, expresó que «aquellos que exigen que Israel detenga la guerra están exigiendo que decida dejar de existir e Israel no aceptará eso».
También, Benny Gantz, ministro del gabinete de guerra de Israel dijo que Israel «no detendrá su ofensiva en Rafah» y agregó que su país «se compromete a seguir luchando para devolver a sus rehenes y prometer la seguridad de sus ciudadanos, donde y cuando sea necesario, incluso en Rafah».
“Seguiremos actuando de conformidad con el derecho internacional dondequiera que operemos, salvaguardando en la mayor medida posible a la población civil. No por la CIJ, sino por lo que somos y por los valores que defendemos», afirmó.
La CIJ había advertido a Israel que la operación militar implica un “mayor riesgo de causar un daño irreparable” y pidió evitar el genocidio.
Nabil Abu Rudeineh, portavoz de la Autoridad Nacional Palestina, ya estaba celebrando el fallo de la CIJ, diciendo que el mismo significaba un «consenso internacional para poner fin a la guerra de Israel en Gaza». Sin embargo, la realidad es que Israel sigue bombardeando y desobedeciendo la orden de la CIJ.
El ejército israelí bombardeó este sábado Rafah y otros sectores de la Franja de Gaza a pesar de que la Corte Internacional de Justicia (CIJ) le ordenó en la víspera detener sus operaciones militares en esta ciudad de Palestina. El tribunal también demandó a Hamás la liberación de los rehenes israelíes, lo que tampoco ocurrió.