El Presidente Javier Milei se negó a pedir disculpas y volvió a insultar a Pedro Sánchez. La canciller Diana Mondino calificó al conflicto como algo «anecdótico». El hecho de que España, el segundo país con más inversiones en la Argentina, haya retirado a su embajadora de forma definitiva, parece no preocuparle a la administración Milei.
Lejos de bajarle el tono al conflicto y pedir disculpas por los agravios, el presidente Javier Milei redobló la apuesta y lanzó una catarata de insultos a su par Pedro Sánchez. «Arrogante», «totalitario», «siniestro» y «ridículo», le dijo. El ministro de Economía, Luis Caputo, se sumó a las descalificaciones y lo llamó «inmaduro».
La crisis diplomática sigue escalando, aunque para la canciller Diana Mondino se trata de un hecho «anecdótico». El exmandatario Alberto Fernández aprovechó el escándalo internacional para cuestionar la política exterior y los berrinches del libertario. «Demuestra desequilibrios que llaman la atención», expresó.
El enfrentamiento escala y no encuentra techo. El Gobierno español confirmó el retiro de su embajadora en Buenos Aires, María Jesús Alonso Jiménez, de forma definitiva luego de que Milei haya denostado a Sánchez y acusado de corrupta a su esposa, Begoña Gómez. «Retiramos a nuestra embajadora. Se quedará definitivamente en Madrid. Argentina continuará sin embajador», anunció el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, y aclaró que en la embajada únicamente quedará una persona «encargada de los negocios».
Ambos mantienen sus posturas
La postura de Sánchez es clara: pretende un contundente pedido de disculpas para dar marcha atrás con la decisión. La postura de Milei, inamovible: minutos después del anuncio, lo calificó de «disparate» y –desafiante– le aconsejó a Sánchez que «se busque un buen abogado para su esposa». «España está haciendo un papelón internacional por culpa de un delirante que se cree dueño del Estado», remató.
En el Palacio de la Moncloa quedaron estupefactos por el nivel de violencia del argentino. «No existen precedentes de un jefe de Estado que acuda a la capital de otro país a insultar a las instituciones. Nosotros habíamos ofrecido de buena fe toda la hospitalidad que merece la figura de la Presidencia de la República Argentina. Este es un caso único en la historia de las relaciones internacionales», sostuvo Albares.
Más allá de las críticas y la retirada de la embajadora Alonso Jiménez, fuentes diplomáticas del país ibérico también dejaron trascender que, en caso de no rectificarse, «no se descarta ninguna medida» contra el gobierno nacional.
Drásticas medidas
Entre las posibles reprimendas está la posibilidad de expulsar al embajador argentino Roberto Bosch o declarar a Milei persona non grata e impedirle el ingreso a España. Por el momento, no se avanza en ninguna de las dos opciones.
Sin embargo, las alarmas se encendieron en la Casa Rosada, a raíz del viaje que el Presidente tiene programado para el 21 de junio a Madrid para recibir un premio del Instituto Juan de Mariana. «Veremos hasta dónde le llega el totalitarismo en sangre», arremetió en Milei ante una eventual sanción que le impida asistir. «Aviso, yo viajaré a recibir el Premio… veremos si su gran complejo de inferioridad le permite que los liberales españoles puedan galardonarme en persona», añadió.
La defensa del Gabinete
A pesar de los duros cuestionamientos del empresariado español hacia Milei y la desconfianza que expresan respecto a la sustentabilidad política de su gestión, el ministro de Economía, Luis Caputo, no solo no intentó bajar la tensión, sino que alimentó la controversia.
El funcionario apuntó contra Sánchez, al señalar que le resulta «inexplicable» su enojo y que «lo único que ha logrado, llevando algo personal a nivel de país, es exponer su inmadurez política». Abocado a defender al Presidente, el titular de la cartera económica no buscó llevar tranquilidad a las 177 empresas españolas que operan en el país y podrían verse afectadas por la disputa.
Diana Mondino, por su parte, intentó minimizar los hechos. A pesar de la evidente crisis diplomática, la canciller aseguró que los ataques a Sánchez, «son un tema interno, político» que no debería afectar la relación entre ambos países y caracterizar el hecho como algo pasajero, una «anécdota». El mismo argumento utilizó el vocero Manuel Adorni, al afirmar que «es un tema estrictamente personal».
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