Este sábado se despidió el primer ministro japonés, Fumio Kishida, quien estuvo de visita oficial en Asunción por dos días. Firmó con el gobierno de Paraguay varios acuerdos, entre ellos en materia de tecnología, cambio climático, telecomunicaciones, aeroespacial y comunicaciones. Japón pretende fortalecer lazos comerciales con nuestro país a quien Kishida calificó de «confiable» en la región.
Fumio Kishida y el presidente, Santiago Peña, realizaron una breve conferencia de prensa, al culminar la visita oficial. Ambos intercambiaron ideas sobre las relaciones comerciales tan antiguas con Japón y la necesidad de continuar fortaleciendo las mismas.
Kishida mencionó que la cooperación en las áreas citadas precedentemente contribuirán a la creación de nuevas industrias, la generación de empleo y la capacitación de recursos humanos.
También destacó la cooperación desarrollada hasta el momento en campos como agricultura, educación, salud e infraestructura para energía eléctrica y agua. Se suma a ellos ahora la cooperación impulsada en nuevos campos como el sector aeroespacial.
Los dos líderes confirmaron la importancia de fortalecer las relaciones entre Japón y el Mercosur, teniendo en cuenta que Paraguay ejerce la presidencia Pro Tempore durante el primer semestre de este año.
Acordaron establecer las vías para el fortalecimiento de las relaciones económicas con Mercosur en diversos sectores, aprovechando oportunidades como el «Diálogo para el estrechamiento de las Relaciones Económicas entre Japón y Mercosur”.
Japón mira ahora hacia Latinoamérica al cual considera muy importante en los últimos tiempos, considerando a Paraguay como un socio clave. “Este año es el año de Latinoamérica y el Caribe”, dijo Kishida en el Palacio de López, minutos antes de su partida por el Aeropuerto Internacional «Silvio Pettirossi».
Se declaró convencido de que Paraguay es un «amigo indispensable» para Japón y destacó la sólida relación bilateral entre ambos países. Expresó su gratitud a la sociedad paraguaya que acogió a los inmigrantes japoneses y a sus descendientes durante 88 años desde que se inició la inmigración en 1936.
