El presidente Mario Abdo Benitez abandonó nuevamente el país de forma subrepticia. En esta ocasión ni los miembros de su equipo de prensa se acercaron al espigón presidencial para obtener tomas de su partida, según comentaron fuentes palaciegas.
Es el segundo viaje, ocho días, que Abdo Benítez realiza en forma sigilosa. El pasado 1 de noviembre eludiendo también a la prensa, acompañado de la primera dama, Silvana Abdo, el mandatario viajó a Madrid.
En aquella ocasión, con dicha jugada el presidente evitó la pregunta de la prensa sobre los escándalos en cuanto a la seguridad interna y los manejos irresponsables, que dieron funcionarios de su entorno cercano a una información sobre el posible paradero del secuestrado Oscar Denis.
Abdo Benítez retornó de España y la temperatura del escándalo no había bajado. Participó de actos partidarios del candidato de su movimiento a las internas de la ANR, Arnoldo Wiens, y ayer nuevamente partió rumbo a Berlín, Alemania, donde ya se encuentra en estos momentos.
Según fuentes oficiales, el miércoles Abdo Benítez inicia su visita oficial a Alemania, donde se reunirá con autoridades y empresarios para “promocionar las oportunidades que ofrece al Paraguay”.
Tiene prevista una reunión con el presidente alemán, Frank-Walter Stein-Meier, y con la presidenta del Congreso Federal, Bärbel Bas.
Si la misión oficial de Abdo Benítez es trascendente para las relaciones internacionales y el desarrollo del país, tal como señalan las fuentes oficiales, no se explica el motivo de abandonar el país subrepticiamente.
Además de la incoherencia de no estar presente para la realización del Censo 2022, el escándalo del mal manejo de informaciones relevantes sobre el posible paradero del cuerpo de Oscar Denis, sigue latente.
Ayer se supo nuevamente que su primer anillo estaba al tanto de los pormenores del ingreso del féretro del terrorista Osvaldo Villalba al penal del Buen Pastor.
El retorno de Abdo Benítez al país está previsto para el próximo viernes 11 de noviembre. Habrá que ver si para esa fecha las aguas se calman y así podrá evitar responder sobre temas conflictivos, que evidentemente el mandatario prefiere ignorar.