Paraguay se ha convertido en un terreno fértil para la criptominería debido a varios factores, pero principalmente en lo referido al excedente de energía que por el momento cuenta el país. El fenómeno de las criptomonedas, despierta el interés de inversores y aventureros, por las ventajas que ofrece el país en cuanto a suficiente energía eléctrica barata.
Villarrica fue la pionera en la instalación de varios emprendedores de criptominería, por la particularidad que tiene esta ciudad de ser la única en el país que tiene un proveedor privado de energía eléctrica, y que, en consecuencia, recibe a un costo inferior la energía de la Ande.
Sin embargo, desde diferentes sectores se lanzan voces de alarma sobre esta actividad. Los cuestionamientos apuntan a aspectos referidos a la cuestión energética (las mineras son electrointensivas que generan alto consumo de energía), discusiones tarifarias (deben o no pagar una tarifa diferenciada las granjas de minería?), baja empleabilidad (ocupan muy poca mano de obra) y la cuestión ambiental, por la gran generación de residuo que pueden implicar las granjas de criptominerías.
Los servidores de blockchain, al ser de utilización intensiva tienen un corto tiempo de vida útil. La pregunta en ese sentido, es qué hacer con los desperdicios que van generando. La legislación tiene que contemplar todos estos aspectos, porque la mayoría de los municipios del país no tienen regulación en cuanto a disposición de desperdicios.
El senador Fernando Silva Facceti fue proyectista de la Ley N° 6.962/2022 “Que regula la minería, comercialización, intermediación, intercambio, transferencia, custodia y administración de criptoactivos o instrumentos que permitan el control sobre criptoactivos”. Este proyecto fue objetado totalmente por el Poder Ejecutivo y rechazado por la Cámara de Senadores.
“Tenemos que reglamentar, tenemos que legislar darles visibilidad, previsibilidad y seguimiento a todas las operaciones”, expresó el senador Silva Facetti.
Una de las voces críticas hacia la criptominería es la ingeniera Mercedes Canese, quien señala que hasta ahora “no hay ningún control sobre la actividad” y critica el proyecto de Ley que fue vetado por el Poder ejecutivo porque plantea cuestiones que comprometen nuestro presente y nuestro futuro.
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Según Canese hay que definir si la criptominería es una industria, porque la Unión Industrial Paraguaya (UIP) ya emitió un pronunciamiento señalando que no es una industria.
Según la profesional, la actividad de la criptominería puede comprometer el futuro energético del país, porque progresivamente irá aumentando el volumen del consumo doméstico y llegará el momento en que Paraguay ya no tenga excedente de energía y entonces se tendrá que apelar nuevamente a otro tipo de recursos.
Señaló que en Inglaterra y China han sido prohibidas las actividades de criptominería por el enorme consumo de energía. “Mi preocupación es que no reciban un precio que nosotros tengamos que asumir como ciudadanía y que además comprometa nuestro futuro energético. Vemos que en unos 10 a 15 años ya vamos a consumir la totalidad de la energía que producimos y vamos a necesitar energía nueva”, remarcó.
Insistió en la necesidad de una regulación «que garantice el futuro energético del país, que las reglas sean claras. “Pensemos también en qué tipo de desarrollo industrial queremos en nuestro país”, dijo Canese.
Por su parte Fernando Arriola uno de los impulsores del proyecto de Ley de criptominería, dijo que hay un sector en este negocio que está trabajando legalmente en el país hace más de siete años, que tienen invertido más de 400 millones de dólares y que está generando 1.400 empleos en forma directa.
“Somos la base tecnológica para un sistema inteligente de tecnología descentralizada. En un país perfecto no deberíamos necesitar una Ley porque el mercado se regula solo. Y nosotros tenemos un precio de energía industrial que es correcto. Si se cambia esta ley existe una clase de discriminación para un subsector de la economía, muy vulnerable en este momento tiene que pagar 70 por ciento más y los paraguayos que más están invirtiendo. Son pequeños productores, que invirtieron, son gente joven dando trabajo a la gente”, advirtió Arriola.
No obstante, también es partidario de una regulación porque “es negocio que a nivel internacional está lleno de piratas y estos piratas están viniendo a Paraguay y por culpa de estos piratas nosotros tenemos problema de presencia, porque vienen personas de otros países consumen y se conectan ilícitamente a la energía y nosotros que trabajamos legalmente somos los que pagamos el pato y eso no está bien”.
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