Por Paulo Guzmäo, desde Brasilia
Los brasileños comenzaron a acudir este domingo a las urnas para decidir entre Lula y Bolsonaro para la presidencia de la república.
El actual presidente votó alrededor de las 8 de la mañana y aunque evitó a la prensa, se tomó fotos con algunos simpatizantes y se aseguró de dar muestras de confianza en la victoria.
Pese a la tensión de la víspera, las elecciones comenzaron tranquilas en Brasil, a pesar de los incidentes de la última jornada, con un intercambio de agresiones entre simpatizantes de los dos candidatos que culminó con un episodio que involucró a la diputada federal Carla Zambelli, una de las aliadas más cercanas de Bolsonaro.
El sábado, en São Paulo, Zambelli discutió con un manifestante pro Lula y fue filmada con un arma en la mano persiguiendo al manifestante.
Según la parlamentaria, habría sido empujada por el manifestante, pero las imágenes muestran solo un momento en que la diputada tropieza en la calle.
También se disparó un arma de fuego, pero no se ha probado si la diputada lo hizo.
El episodio tuvo mala repercusión incluso entre los bolsonaristas. La diputada puede ser procesada porque la legislación electoral brasileña prohíbe portar armas desde 24 horas antes de las elecciones hasta 24 horas después del cierre de las urnas.
Las últimas encuestas publicadas el sábado mostraban un panorama de estabilidad, con Lula manteniendo una brecha de 4 a 8 puntos porcentuales con Bolsonaro. En el primer resultado electoral publicado, relacionado con Nueva Zelanda, debido al huso horario, el candidato del PT obtuvo la mayoría de votos.