El diario Última Hora fue uno de los medios que entrevistó al coordinador anticorrupción global del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Richard Nephew. Publicó sus palabras afirmando que EEUU «apoya la idea de la gobernanza local y que cada Gobierno sea responsable de sus investigaciones y tomas de acciones”.
Como no tuvimos la oportunidad de entrevistarlo, nos guiamos por la nota del medio colega y de su paso por Guatemala, la otra nación visitada por Nephew tras instalarse en el cargo, para desarrollar este Editorial. Los índices de corrupción entre ambas naciones son parecidos. Allá también se reunió con el sector privado (Léase empresarios). Eso delata que a EE.UU preocupa esa oculta corrupción que no sólo tiene su base en el sector público. Incluso también esas que se producen por falta de rendición de cuentas en Ongs y organizaciones civiles.
Es bueno tener presente que una cosa es lo que haga llegar voceros del Gobierno como denuncia. Otra es la que observa los Estados Unidos sobre el gobierno vigente. Lo nuevo es esa mirada ya centrada sobre grupos empresariales, por el tema lavado de dinero. La similitud entre Guatemala y Paraguay, con instituciones públicas, empresarios privados y sociedad civil corruptas, hacen que esos países sean los primeros en ser visitados.
Así las cosas, todo hace presumir que Guatemala y Paraguay son tomados como pruebas para futuras políticas en otras naciones de parte de los Estados Unidos en la lucha contra la corrupción. De hecho, el politólogo y miembro de la Fundación para la Defensa de las Democracias en Washington, Emanuele Ottolenghi, ya había dicho en su artículo con el Foreign Policy que «Paraguay es un campo de experimentación de Estados Unidos».