La primera misión de Richard Nephew, como responsable de la secretaría de Anticorrupción Global, desde que se reintegró al Departamento de Estado de Estados Unidos el pasado mes de julio, es un viaje a dos países signados por la corrupción: Guatemala y Paraguay.
La agenda que cumplió Guatemala es similar a la que desarrolla en Paraguay. Reuniones con representantes del Poder Ejecutivo, sectores del Poder Judicial y actores de Organismos No Gubernamentales y del sector privado.
«Visité Guatemala para hablar con funcionarios gubernamentales, la sociedad civil, partes interesadas del sector judicial y líderes empresariales sobre cómo podemos fortalecer los esfuerzos para contrarrestar la corrupción y reforzar el estado de derecho, la transparencia y la libertad de prensa», explicó Nephew en un tuit, tras concluir su misión en el país centroamericano.
Guatemala cuenta con uno de los índices más altos de corrupción de Latinoamérica, al igual que Paraguay.
En Guatemala imputaron a 200 personas por corrupción
En el caso guatemalteco, entre 2014 y 2019 se desarrolló una intensa lucha anticorrupción, mediante acciones de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), un organismo de Naciones Unidas que desarticuló estructuras paralelas de corrupción y otros delitos que estaban incrustadas en el Estado guatemalteco.
En el marco de dicha lucha anticorrupción, más de 200 personas fueron imputadas, incluyendo presidentes, expresidentes, ministros, diputados, funcionarios y miembros de la élite empresarial del país centroamericano. Sin embargo, la campaña anticorrupción se truncó con la expulsión del país de la CICIG.
Al igual que en Paraguay, en Guatemala Estados Unidos ha retirado, en los últimos tres años, las visas de ingreso a su territorio para docenas de autoridades t y empresarios. La diferencia es que en Paraguay hay una Secretaría Nacional Anticorrupción (SENAC), que en la práctica nadie sabe para qué sirve, porque no se conocen resultados de su gestión.
En la lista de guatemaltecos que tienen vedados el ingreso a Estados Unidos se encuentran, por ejemplo: los magistrados de la Corte Suprema de Justicia; Vitalina Orellana y Nery Oswaldo Medina, por presuntamente haberse coludido con políticos y particulares para amañar la elección de cortes. También se le retiró la visa al jefe de la Fiscalía Especial contra la Impunidad, Rafael Curruchiche, por obstruir investigaciones de actos de corrupción desbaratando casos contra funcionarios de alto perfil y levantando aparentes denuncias falsas contra fiscales, abogados y extrabajadores de la extinta CICIG.
Debilidad extrema en políticas anticorrupción
Según un documento del Círculo de Estudios Latinoamericano (CESLA), Guatemala y Paraguay se encuentran entre los países con más altos niveles de corrupción y de debilidad extrema en políticas anticorrupción.
Como podrá verse los casos de Guatemala y Paraguay son similares en cuanto al problema de la corrupción que corroe las instituciones públicas y también al sector privado, que participa de los privilegios y beneficios de la corrupción.
En junio del año pasado la administración de Joe Biden emitió un memorando de seguridad nacional para establecer la lucha contra la corrupción como un “interés central de la seguridad nacional de Estados Unidos”.
«Un caso de prueba»
A inicio del mes de octubre, el analista Emanuel Ottolenghi, publicó en el portal digital de Foreing Policy, que Paraguay era un caso de prueba para la política anticorrupción global de la administración de Biden.
Es evidente, que Guatemala y Paraguay fueron tomados como “bancos de pruebas”, para la implementación de los programas de combate a la corrupción global. La primera misión que realiza Nephew, después de asumir el cargo es precisamente visitar estos dos países.
“A nivel mundial, la corrupción socava el crecimiento económico, obstaculiza el desarrollo, desestabiliza a los gobiernos, socava la democracia y brinda oportunidades para grupos peligrosos como delincuentes, traficantes y terroristas”, señala entre sus argumentos la administración Biden al instalar la lucha anticorrupción como pilar fundamental para la seguridad de los Estados Unidos.
De aquí en más habrá que ver los resultados de la cooperación conjunta en la lucha anticorrupción y si existe real interés, a nivel local, de combatir este flagelo que ya es endémico en toda la sociedad paraguaya.