En la mañana de este viernes, la Penitenciaría Regional de Pedro Juan Caballero fue escenario de un motín que finalmente fue controlado con la intervención de la Policía Nacional, según informó el Ministerio de Justicia a través de sus redes sociales oficiales.
El viceministro de Política Criminal del Ministerio de Justicia, Rodrigo Nicora, inicialmente había hablado de la muerte de dos internos durante el amotinamiento en el pabellón Católico. Sin embargo, el médico forense Marco Prieto, tras realizar las requisas de las celdas del pabellón, desmintió esta información, señalando que no se encontraron fallecidos y descartando el reporte inicial.
Aunque en un primer momento se había informado sobre la gravedad de la situación, se comunicó posteriormente que «no hay víctimas fatales ni heridos graves». Un recluso sufrió una herida punzante en el cuello, la cual no reviste gravedad, y los demás presentan escoriaciones o lesiones leves causadas por balines de goma.
El fiscal José Luis Torres destacó la observación del proceso para garantizar la seguridad de las 140 personas privadas de libertad del Pabellón Católico Alta, donde los internos protagonizaron el amotinamiento.
El conflicto, que se desencadenó con la pérdida de control por parte de los guardiacárceles en el Pabellón Católico, involucró a alrededor de 250 reclusos. Se especulaba inicialmente que la revuelta estaba vinculada a la creación de un nuevo grupo dentro del penal, con el objetivo de recuperar el control perdido por el clan Rotela después de ser desmantelado en el Operativo Veneratio en Tacumbú.
