Autoridades del Ministerio de Justicia y de la Fiscalía siguen hallando irregularidades en la Penitenciaría de Tacumbú. Este jueves realizaron la inspección del sector VIP, donde los reclusos privilegiados con capacidad económica podían acceder a una vida de lujo y donde contaban hasta con una cancha sintética privada, para la práctica de deportes.
Este jueves se reabrió la penitenciaría para las visitas a los internos. Desde tempranas horas se pudo observar una larga fila de familiares que aguardaban visitar a los reclusos. Sin embargo, solo un 60 por ciento de los que llegaron pudieron concretar la visita y al resto tuvo que retornar a sus hogares, porque dentro del penal seguían las tareas de inspección de los pabellones.
El pasado lunes se realizó la Operación Veneratio, con el objetivo de sacar del lugar al narcotraficante Armando Javier Rotela, líder del “Clan Rotela”, quien había establecido su imperio dentro del penal obstaculizando inclusive la labor de las autoridades. La intervención terminó con el traslado de Rotela a la cárcel de Viñas Cue y de otros 700 reclusos a diferentes penitenciarías del país.
Ayer los intervinientes verificaron sector denominado «La Jungla», donde estaba recluído Rotela. En ese lugar hallaron un túnel, drogas, bebidas, armas, entre otros. Hoy jueves, verificaron el lugar conocido como Sector VIP. Mientras esto ocurría, los familiares de los presos formaron filas desde la mañana fuera de la Penitenciaría, con la intención de ingresar al penal.
Sector VIP con cancha sintética
Los fiscales Miguel Quintana, Marcial Machado y Fátima Girala, estuvieron nuevamente en la Penitenciaría de Tacumbú desde el mediodía de este jueves y verificaron el salón multiuso conocido como «Sector VIP». En ese lugar, se incautaron armas blancas y agendas que fueron entregadas al Laboratorio Forense. Fueron convocados inclusive personal técnico del Ministerio Público para la verificación.
En el Sector VIP sólo accedían las personas privadas de libertad pagando un canon especial. Estas personas eran recibidas por el propio director de la cárcel, quien ya fue removido del cargo. Una vez pagado el canon, los presos VIP podían tener derecho al uso de las habitaciones y adquirían el derecho de equiparlas, según sus gustos y de acuerdo a su capacidad económica. Mientras el resto de la población sobrevivía hacinados en celdas comunes y en condiciones inhumanas.
Los equipamientos encontrados: