SÁHARA MARROQUÍ (CONCLUSIÓN)
IGNACIO MARTINEZ
En mi conclusión del 15º Raid Tanja Lagouira, no puedo ignorar la creatividad de Omar El Alaoui Balrhiti, vicepresidente del Consejo Regional de Turismo de la región de Río de Oro-La Güera y presidente fundador de la Asociación. Mi interpretación de su idea es ayudar a su país a promocionar el turismo, para lo cual invita a extranjeros y a ciudadanos marroquíes que viven en otras naciones; que también brindan ayuda social y, como grupo privado, fomentan la vida pacífica.
Su creatividad, eso sí, se ve fortalecida al contar con la enorme infraestructura que tiene Marruecos. Hay carreteras en perfecto estado, con vías alternativas entrecruzadas, para llegar al punto más lejano. En cada espacio hay hoteles de primer mundo, incluso con capital foráneo, como el que pertenece al futbolista Cristiano Ronaldo, que está en Marrakech.
El proyecto, que realiza 15 circuitos de manera anual, también logra fusionar a los ciudadanos urbanos con aquellos que son de las zonas del interior de la nación. Otra característica del Raid Tanja Lagouira es la solidaridad entre los participantes. Si un vehículo quedaba atascado en los arenales, la ayuda era inmediata. De hecho, el lema de Omar El Alaoui es que el rally no busca un ganador, sino que todos lleguen sanos.
En varias zonas, los organizadores, con la colaboración de los marroquíes que viven fuera del país, dejaron todo tipo de ayuda para dar la mano a los sectores más vulnerables. Es una forma de fomentar el arraigo y el sentido de pertenencia desde la lejanía a los paisanos que trabajan y viven fuera del Reino.
La linda experiencia no debe ser fácil de organizar, ya que son varios vehículos con personalidades y culturas diferentes al mando de los móviles que recorren distancias enormes, incluso por lugares que muchos no conocían. Aún así, todo se realizó dentro del cronograma establecido, con una atención especial para cada miembro del Raid Tanja Lagouira.
Tampoco olvidaron detalles como colocar la bandera de cada país en el vehículo de los tripulantes. En mi caso, tenía la paraguaya en mi móvil. Con el añadido especial de que, cada cierto tiempo, mi compañero (Bekkar) me hacía escuchar la Polca y la Guaranía, a través de Radio Nacional del Paraguay, en FM.
Solo resta agradecer por la invitación, por la calidez que me brindaron y el cuidado para que no me faltara nada. Incluso dieron una buena promoción al libro «Una mirada Latinoamericana al Sáhara marroquí», que en buena medida ayudó para que viviera unos 10 días entre la arena del desierto y el bravo Atlántico. También debo agradecer al diario La Tribuna por el espacio brindado para escribir 16 notas, que hoy concluye.