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viernes, 22 de noviembre de 2024
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Debate en Argentina: «El que pega primero…»

El domingo por la noche presenciamos el último debate previo a la gran cita electoral que tendrán los argentinos el día domingo 19 de noviembre.

El salón de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires fue testigo del careo entre el oficialista Sergio Massa (Unión por la Patria) y el libertario Javier Milei (La Libertad Avanza).

A diferencia de estas latitudes, los debates en Argentina son de carácter obligatorio y tiene reglas bien claras y establecidas como la cantidad de minutos que dispone cada candidato para su exposición, así como la posibilidad de que uno pueda responder al otro, siempre respetando el temporizador impuesto por la organización.

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El ambiente previo se vivió como todo lo que se vive del otro lado del río: Con extrema pasión, como si se tratase de un partido de fútbol.

Ambos candidatos tenían a sus hinchadas apostadas en las afueras. Los adherentes del libertario al son de «La casta tiene miedo», mientras que los peronistas con «Presidente, Massa presidente».

El primer eje a desarrollar fue el de economía, un terreno que se supone es el de expertise de Javier Milei y en el que se esperaba un ataque virulento de este a la catastrófica gestión del ministro candidato, quien bien asesorado y con el olfato político que lo caracteriza sacó el primer «derechazo» y puso «entre las cuerdas» a quien justamente se hizo conocido por sus exposiciones sobre el tema en programas del prime time televisivo.

Massa arrinconó a Milei preguntándole acerca de si iba a impulsar el cierre del Banco Central y la dolarización de la economía, a lo que el libertario contestó visiblemente nervioso y con sus clásicas muletillas «digamos», «o sea».

Este primer golpe de Sergio Massa jugando de visitante le permitió tomar las riendas e imponer los temas en el debate, dejando entrever la falta de conocimiento de Milei en materia de relaciones internacionales: Uno de los puntos álgidos fue el cuestionamiento a Javier Milei respecto a sus declaraciones de romper relaciones con China y Brasil, principales socios comerciales de la Argentina.

Sobre el punto, la respuesta del liberal fue cuanto menos errática, señalando que el comercio con estos países los hace el sector privado y no los estados.

Otro punto que va directo a la fibra emocional más íntima del patriotismo argentino es la cuestión Malvinas, que fue hábilmente explotada por Massa y equipo para dejar mal parado a Javier Milei, quien dubitativamente y con las mencionadas muletillas señaló que de ser presidente peleará por la soberanía de las islas, pero se ratificó en su admiración por la figura de la conservadora Margareth Thatcher. En una desafortunada intervención, incluso la comparó con los jugadores de fútbol Johan Cruyff y Kylian Mbappe.

En el eje de seguridad, Javier Milei trató tímidamente de devolver los guantazos a Sergio Massa, quien sacó pecho por su bien recordada gestión al frente de la intendencia de Tigre, donde se disminuyó considerablemente la inseguridad.

Sorpresivamente, el tema de la dictadura militar y los 30.000 desaparecidos -cifra negada por Milei en el debate de la primera vuelta – no apareció cuando se tocó el tópico «Derechos Humanos y Convivencia Ciudadana», momento en el que Javier Milei acusó al peronismo de «voltear el gobierno de Alfonsín y crear el caos social para destruir la convertibilidad en el 2001», ataque que Massa no devolvió.

Así, el debate culminó con los mensajes finales de ambos y con las arengas de los libertarios que se colaron en la transmisión televisiva.

Según sostienen analistas del vecino país, el gran ganador del debate fue Sergio Massa, lo cual no significa que podría ser determinante en las urnas el próximo domingo.

La transmisión tuvo un histórico pico de rating de 44 puntos.

Las principales encuestas vaticinan un final abierto entre dos modelos diametralmente opuestos y el debate de anoche pudo haber volcado la balanza de los indecisos que rondan el 11% según las mediciones.

Todo está por verse y el resultado final se verá en el campo de batalla.