SÁHARA MARROQUÍ (X)
IGNACIO MARTINEZ
Marruecos está situado en el norte de África. Tiene una superficie de 446,550 km² y una población aproximada de 36,500,000 personas. Su capital es Rabat. El embajador paraguayo en este país es el señor Víctor Hugo Paniagua, quien desde el momento en que se enteró de mi presencia en el lugar se puso a disposición para lo que pueda necesitar.
Por ahora, seguimos en Dakhla. Para los amantes de la naturaleza, dicha ciudad sería un lugar ideal. Está en el sur, entre las aguas del Atlántico y las arenas del Sahara. Hay kilómetros y kilómetros de playas que se extienden de un lado a otro. Los agentes de viajes vienen y van, y la están convirtiendo en el foco de actividades acuáticas.
Dakhla es ideal para disfrutar del sol de 25 grados durante todo el año, y algo de fresco por la influencia del Atlántico por la noche. Sus playas son promocionadas como sitios para deportes, ya sean aficionados o profesionales, que disfrutan de las olas y los vientos.
Los surfistas en Dakhla están de enhorabuena. La ciudad ya está clasificada como una de las mejores del mundo en deportes acuáticos. Es así que surfistas, kitesurfistas o windsurfistas consideran este lugar como el más ideal.
En verdad, Dakhla es una joya dentro del Sahara marroquí. Además, es crucial para el desarrollo económico de Marruecos en la actualidad. Durante nuestra estancia, el hotel donde paramos, un lujo en medio del desierto, alojaba también a muchos turistas, en su mayoría europeos.
Durante nuestro paso de El Aaiún a Dajla nos cruzamos con camiones que transportan pulpos y pescado blanco, que también son exportados a los grandes mercados de consumo. Hay una obra de puerto Atlántico, el segundo en Marruecos y el más grande de la zona. El tráfico de comercio de Europa a África ya pasa por el puerto de Dakla y el de África a América, también por la misma zona.
Todo el Sahara marroquí tiene kilómetros de costa. Obviamente, el sector pesquero representa miles de empleos y un significativo Producto Interno Bruto (PIB) para las arcas del Estado. Así las cosas, es un enorme polo potencial en varias áreas. Todo el desarrollo se realiza con respeto al ecosistema.
En sus hermosas carreteras, uno se cruza también con transportistas que pueden estar trasladando tomates, pepinos, bananas, piñas, melones y otras frutas, verduras y hortalizas. Hay una buena explotación agrícola. En fin, todo se aprovecha en el Sur de Marruecos, desde el turismo, la industria, el comercio y la agricultura, sumando todas ellas beneficio para el crecimiento de la misma nación marroquí.