A las ya conocidas (o mejor dicho, ampliamente conocidas) crisis que enfrenta Argentina, se suma una más que nos toca directamente: la escasez de combustible, especialmente en el noreste, que afecta a miles de consumidores paraguayos que cruzan la frontera en busca de precios convenientes para sus bolsillos.
Según informan los medios argentinos, esto es el resultado de varios factores, entre los cuales se menciona la falta de dólares de la petrolera estatal Yacimientos Petrolíferos Federales (YPF) para retirar tres buques cisterna que quedaron varados en el Río de la Plata, además de la parada técnica de varias refinerías.
Otra razón sería la alta demanda en los días previos a las elecciones del 20 de octubre pasado, en los que el posible triunfo del candidato libertario Javier Milei alimentó todo tipo de temores e incertidumbre. Finalmente, el candidato del oficialismo, Sergio Massa, resultó elegido.
El gobierno argentino convocó a una reunión de emergencia para abordar esta problemática, y la viceministra de Energía, Flavia Royón, aseguró que la situación se normalizará en aproximadamente diez días.
Como país hermano, esperamos que la calma llegue pronto a Argentina después de tantas tormentas. A pesar de que Paraguay esté cada vez más integrado en el mundo, nuestros lazos sociales y económicos son innegables. No en vano, los analistas sostienen que «Cuando Argentina estornuda, Paraguay se resfría».