La reunión programada para el 26 de octubre entre los presidentes de Paraguay y Brasil adquiere una importancia fundamental en el contexto de la renegociación del Anexo C de Itaipu. Este acuerdo, que data de 1973, ha sido un tema controvertido en Paraguay durante décadas debido a la asimetría en los beneficios que reciben ambas naciones.
Restablecer la equidad e igualdad en la posición de Paraguay como socio igualitario en Itaipu es trascendental. La hidroeléctrica es un pilar en la matriz energética de ambos países y un motor económico vital. La renegociación del Anexo C debe abordar de manera justa la distribución de costos y beneficios, permitiendo a Paraguay obtener ingresos más acordes con su participación.
Este encuentro brinda la oportunidad de promover un entendimiento que beneficie a ambas naciones en igualdad de condiciones, además de fortalecer la cooperación y reforzar la estabilidad regional. Además, una renegociación que logre la equidad podría contribuir al postergado desarrollo de Paraguay.
Es crucial que ambas partes aborden estas negociaciones con una visión a largo plazo, buscando la equidad y la igualdad en la gestión de Itaipu. Esta vez no es posible arribar a un acuerdo que nos vuelva a condenar a otros 50 años como socios de segunda clase.
El próximo 26 de octubre inicia la batalla en busca de la defensa de los intereses patrios y de la soberanía energética de Paraguay.