El viceministro de Política Criminal de Paraguay, Rodrigo Nicora, se reunió con guardiacárceles en la sede mutual de Institutos Penales para abordar la preocupación de los trabajadores que debían regresar a la Penitenciaría Nacional de Tacumbú después del amotinamiento con toma de rehenes ocurrido la semana pasada. Nicora adelantó que hay un principio de acuerdo y que la situación en el penal está bajo control.
Tras una semana de caos en la prisión, Nicora y un equipo, junto con el director, verificaron las instalaciones y escucharon las demandas de los custodios, que incluían garantías para trabajar de manera segura. Nicora afirmó que la reposición eléctrica, la iluminación y algunos mobiliarios se habían restaurado casi al 100%.
Nicora subrayó que no se estaban llevando a cabo negociaciones con los internos, sino que se buscaba solucionar los problemas a través del diálogo para evitar futuros incidentes de descontrol. También se mencionó que la mayoría de los guardiacárceles no había ingresado a la prisión y permanecerían en cuarto intermedio hasta que el Ministerio atendiera sus demandas, especialmente en relación con la Ley Orgánica del Agente Penitenciario y el seguro de vida, consideradas las demandas más relevantes.
El viceministro expresó que algunos trabajadores estaban ingresando a Tacumbú para cubrir las áreas más críticas, y se esperaba que la situación se normalizara entre el lunes y el martes, con un compromiso de cumplir con las demandas en un plazo de al menos 48 horas.
Destacó que el Ministerio de Justicia comprendía las necesidades de los guardiacárceles, mencionando que la Ley Orgánica del Agente Penitenciario era una «deuda histórica» del Ministerio y que el seguro de vida era una «necesidad básica» dada la labor de los agentes penitenciarios.
Respecto a la cuestión de si el clan Rotela continuaba controlando la prisión, Nicora evitó responder claramente, señalando que en la penitenciaría «prima la tranquilidad».