Los estrictos controles dispuestos por el gobierno nacional en el marco de la lucha contra el contrabando generaron una serie de protestas de los comerciantes de Nanawa, que se materializó con el cierre de la ruta Transchaco. Los comerciantes alegan que las medidas impuestas les causan perjuicios. Refieren que las decisiones de las autoridades tienen como consecuencia el hambre de quienes dedican su actividad comercial al paso de mercaderías desde Argentina. El pedido concreto es flexibilizar las compras de consumo y eliminar la burocracia que, según indican, es excesiva.
La respuesta del gobierno se dio en el ofrecimiento de una mesa de trabajo, donde, según indicó el Director Nacional de Ingresos Tributarios, ambas partes procurarán la formalización total de los comerciantes.
Nuestro país ha sufrido durante demasiado tiempo los males del contrabando. Por un lado, es innegable que los precios de los productos en Argentina son muy bajos y convenientes para el público paraguayo. Por otro lado, el comercio informal acarrea males profundos que afectan varios aspectos sensibles en nuestro país.
El gobierno procura establecer las pautas para promover la formalización de todos los sectores, a diferencia del gobierno anterior. Llamó la atención un cartel en la manifestación, el cual decía: «Marito, te extraño. No eras tan desastre». Esta expresión de la idiosincrasia del pueblo refleja claramente el nivel de manejo que se tuvo en la zona fronteriza.
En un mundo donde las fronteras parecen disolverse cada vez más, la lucha contra el contrabando se ha convertido en un desafío crucial para las autoridades aduaneras. En este contexto, es alentador ver cómo las autoridades de aduanas de Paraguay han tomado medidas proactivas para abordar el problema del contrabando proveniente de la ciudad de Clorinda, Argentina, e incluso procuran un acuerdo con los comerciantes de Nanawa. Este acuerdo sería un paso importante hacia la protección de la economía local y el sustento de los comerciantes.
De ninguna manera se debe pretenderse suprimir la fuente de ingresos de los comerciantes. Deberá, sin embargo, procurarse que su actividad comercial sea formal y que incluso el resultado de este proceso sea beneficioso para ellos.
Los comerciantes deben comprender que el contrabando, en cualquier forma que se presente, conlleva graves consecuencias para la economía de un país y para las comunidades locales. En el caso de Nanawa, el contrabando proveniente de Clorinda había estado afectando negativamente a los comerciantes locales durante mucho tiempo. Los productos ilegales, que ingresaban sin pagar los aranceles y los impuestos correspondientes, socavaban la competencia leal y perjudicaban directamente a los comerciantes legítimos.
La buena noticia es que los manifestantes rechazaron ser subsidiados. Esto nos habla de que verdaderamente desean trabajar y ganarse el pan de manera honrada. Solo falta que este deseo se convierta en diálogo y acuerdo para legitimar su actividad comercial.
Establecer un marco de cooperación, que tenga como objetivo combatir el contrabando de manera efectiva y equitativa, debe ser una meta común de ambas partes. Tanto comerciantes como autoridades del gobierno podrían contribuir para fortalecer la vigilancia en la frontera y tomar medidas enérgicas contra aquellos que se dedican al contrabando. Esto enviará un mensaje claro de que el comercio formal paga mejor que el contrabando.