En pleno debate respecto a la hidrovía, Paraguay se presenta ante la ONU. El Presidente Peña hará una defensa que pretende sentar una vez más el derecho que tienen los países sin litoral a navegar libremente. El mar es sin duda un medio crucial para el comercio principalmente.
En una época de creciente interconexión global, la libre navegación es indispensable para cualquier país. La posibilidad de que los países sin litoral marítimo puedan acceder de manera eficiente a los mares y océanos es fundamental para su desarrollo económico y su participación en el comercio internacional. Es necesario que nuestro país abogue enérgicamente por la libre navegación de países sin litoral marítimo.
Será fundamental demostrar ante todas las naciones del mundo que la libre navegación es un derecho fundamental que forzosamente debe ser respetado. Países como el nuestro, sin litoral a menudo dependen de rutas marítimas seguras y eficientes para llevar a cabo su comercio internacional y acceder a recursos vitales. Evitar restricciones al acceso a estas rutas puede tener consecuencias muy favorables al desarrollo, principalmente económico.
No se trata de lamentarnos por la suerte que nos tocó, sino de plantear soluciones a las circunstancias naturales y políticas que no son más que la realidad. Buscar la oportunidad de participar activamente en el comercio internacional y aprovechar los beneficios del mercado global son objetivos que se deben alcanzar de manera creativa. Al fin y al cabo, esto no solo beneficiará a los países sin litoral, sino que también contribuirá al crecimiento económico global en toda la región.
Por otro lado, al garantizar la libre navegación para los países sin litoral marítimo, se fomenta un entorno de respeto y colaboración entre las naciones, lo cual a su vez redundará en beneficio de resoluciones pacíficas de disputas y al fortalecimiento de las relaciones diplomáticas en todo el mundo. Esto es principalmente necesario hoy en el marco de la controversia con Argentina respecto a la hidrovía.
El Paraguay debe plantear estas cuestiones ante el mundo. Las tensiones geopolíticas y los intereses de terceros países no puede ser óbice para que nuestro país exponga sus preocupaciones legítimas. Finalmente la enmienda de las limitaciones tanto naturales como políticas que afrontamos como nación resultarán en el anhelado progreso del Paraguay.
