Los republicanos de la Cámara de Representantes han comenzado un nuevo periodo de sesiones decididos a investigar al presidente Joe Biden en busca de posibles motivos para un juicio político. El líder republicano del Congreso, Kevin McCarthy, ha anunciado una investigación formal sobre los negocios de la familia Biden en el extranjero, particularmente los de su hijo, Hunter Biden.
McCarthy ha ordenado que la Comisión de Supervisión de la Cámara, en coordinación con la Comisión Judicial y la de Medios y Arbitrios, lleve a cabo esta investigación. En su anuncio, McCarthy afirmó que esta acción era el «siguiente paso lógico» en las investigaciones relacionadas con Hunter Biden y sus actividades en el extranjero.
A diferencia de procedimientos anteriores, en este caso, la apertura de la investigación se ha realizado de manera unilateral por parte del presidente de la Cámara, sin someterla a votación del pleno. La Casa Blanca ha negado cualquier participación del presidente Biden en los negocios de su hijo y ha enfatizado que no existen pruebas de un beneficio personal por parte del presidente.
La investigación se centra en acusaciones de abuso de poder, obstrucción y corrupción relacionadas con la presunta coordinación entre el presidente Biden y los negocios de su hijo cuando era vicepresidente durante la administración de Barack Obama.
El proceso de juicio político es excepcional en la historia de Estados Unidos y solo tres presidentes han enfrentado tal procedimiento, siendo absueltos por el Senado en todos los casos. En esta ocasión, la investigación se enfoca en actos que ocurrieron antes de que Biden asumiera la presidencia.
La situación plantea un posible bloqueo político, ya que las medidas legales propuestas por los republicanos en la Cámara de Representantes no tienen probabilidades de avanzar en el Senado, controlado por los demócratas. La disputa entre las facciones dentro del partido republicano refleja tensiones y desafíos en la política estadounidense actual.