Las últimas horas se vieron sacudidas por las medidas asumidas con el gobierno nacional respecto a la situación con Argentina. La crisis de la hidrovía forzó la relación bilateral, al punto endurecer la diplomacia.
El gobierno había anunciado que recurriría ante el Tribunal Permanente de Revisión del Mercosur para dirimir la cuestión, pero también extendió la contienda a Yacyreta. Había explicado el Presidente Peña que hasta ahora el Paraguay había retirado muy poca energía de Yacyreta, en un gesto de cordialidad con la República Argentina, a fin de que ésta disponga de un mayor caudal de electricidad. Esto se acabó.
Un medio argentino tituló la postura paraguaya diciendo: “Paraguay le sacó el “tapón” al embalse de Yacyretá y casi afecta la generación eléctrica en la Argentina”. Y en efecto, Paraguay ha tomado la decisión de tomar el 100% de la energía que le corresponde. Desde el viernes pasado Argentina debe salir a buscar energía a un costo superior al que lo tenía con Paraguay. Esta es la consecuencia de la falta de tacto y tino diplomático por parte de los argentinos.
Paraguay está en todo su derecho. Durante mucho tiempo nuestro país ha relegado sus propios intereses, beneficiando a terceros en detrimento de nuestros connacionales. Podemos decir en este punto que se está haciendo respetar la soberanía nacional.
Entendemos que también Argentina lo considera así, ya que ante el nuevo escenario el país vecino ha enviado a representantes de la Secretaría de Energía de la Argentina. Según informaron autoridades paraguayas se ha trabajado en la instalación de una mesa de trabajo con miras a solucionar los problemas surgidos tanto en tema hidrovía como en la Entindad Binacional Yacyreta.
Esta vez el gobierno supo apretar los tornillos para forzar que la situación se desvíe para el rumbo deseado. Podríamos considerarlo un logro, ya que anteriormente el poco feliz proceder argentino había quedado impune. Al utilizar de manera estratégica la cuestión de la energía generada por la represa de Yacyretá para forzar una negociación sobre el cobro de peaje en la Hidrovía Paraná-Paraguay e incluso tal vez las deudas, podemos notar las dinámicas de la diplomacia regional.
Esperemos que esta estrategia de negociación ponga de relieve la importancia de la cooperación energética entre ambos países y, que así lo entienda la República Argentina. Es de esperar que Argentina comprenda la disposición de Paraguay de utilizar sus recursos de manera estratégica para defender sus intereses. Que sea un recordatorio claro de la interdependencia entre las dos naciones y la necesidad de una solución mutuamente beneficiosa de los conflictos, pero por sobre todo que sea un recordatorio de la independencia y soberanía perpetua del Paraguay.