Argentina desconoció los términos del tratado. Así lo ha entendido la Cancillería de nuestro país, e incluso el Presidente de la República ha indicado que Paraguay recurrirá ante el Tribunal Permanente de Revisión del Mercosur a fin de denunciar la violación por parte de la República Argentina. Es la vía definitiva para la resolución del conflicto generado por los cobros unilaterales de peajes en la hidrovía impuestos por el país vecino.
El Tratado de Asunción, firmado en 1991, estableció el Mercosur con el objetivo de crear un mercado común y promover la cooperación económica y política entre Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Desde entonces, el bloque ha experimentado altibajos. Tal vez, estos hayan sido mayores que los beneficios obtenidos, al menos por nuestro país, quien ha ocupado el espacio de hermano menor en el mercado común. Además, el Tratado ha fijado claramente la forma en que se aplicarían aranceles entre los Estados parte, punto que específicamente ha sido desconocido por Argentina.
Ante esto, la Cancillería de Paraguay ha anunciado recientemente su decisión de recurrir al Tribunal del Mercosur para denunciar lo que considera una violación del Tratado de Asunción por parte de Argentina. Este hecho marca un nuevo capítulo en la historia, al parecer eterna, del Paraguay en busca de la defensa de sus derechos, largamente socavados por potencias extranjeras.
Es nuestra intención abordar de manera objetiva, justa y equitativa las tensiones entre ambos miembros del bloque. Sin embargo esto se torna casi imposible cuando Argentina ha retenido una barcaza de bandera paraguaya en reclamo de cobro del peaje. La firma afectada ha ofrecido el pago, pero el sistema argentino para recepción de transferencias bancarias no funcionaba, por lo que exigieron el pago en efectivo. Así, no es posible escapar a las pasiones humanas que nos llevan a dejar de lado, por un momento, el pensamiento estrictamente informativo, y nos obliga a reconocer el infantil comportamiento diplomático por parte de los argentinos.
En este contexto, tampoco podemos olvidar el modo en que los representantes de la vecina república han llegado a nuestro país, a acordar la suspensión del cobro del peaje, cuando horas después ya de vuelta en su país desmentían sus propios dichos.
La decisión de Paraguay de recurrir al Tribunal Permanente de Revisión del Mercosur es un gran y necesario paso para resolver esta disputa ante la injusta y perjudicial determinación argentina. Los mecanismos de solución de controversias son esenciales en cualquier tratado o acuerdo internacional, ya que proporcionan un marco legal para abordar desacuerdos y conflictos entre las partes. Pero más relevante aún es la decisión asumida por nuestro país, y por fin actuar firmemente, por las vías correspondientes en defensa de los derechos de la nación y de miles de compatriotas que legítimamente se ganan la vida en los ríos. No olvidemos la gran fuente de trabajo que implica el sector afectado, así como lo relevante de los ingresos que generan. Tampoco olvidemos que la dignidad nacional se defiende a cualquier costo.
La integración regional no solo se trata de beneficios económicos que mutuamente generen los miembros del bloque, sino también de la promoción del respeto irrestricto a la soberanía de los demás países, del tratado firmado por las partes, de las vías que comparten; en general, se trata de reconocer en los demás países los mismos derechos y que se encuentran negociando en igualdad de condiciones. De seguir incumpliéndose esto, debemos preguntarnos que tan conveniente es seguir integrando el Mercosur.
Esperamos que el tribunal emita un fallo basado en el derecho y las normas establecidas, contemplando los elementos probatorios que serán aportados. Las resultas de este litigio serán trascendentales para el futuro del Mercosur, o al menos para el futuro del Paraguay en el Mercosur.
