El Ministerio de Obras Públicas arrastra, hasta la fecha, deudas varias veces millonarias, así como obras inconclusas e incluso otras sospechadas de sobrefacturación. El año 2022 cerró de esta manera el balance del MOPC, una institución que había recibido el mayor presupuesto para inversión durante el gobierno anterior. El Ministerio de Hacienda ha informado que entre enero y septiembre de 2022 se destinaron más de 556 millones de dólares a Obras Públicas, lo que representó aproximadamente un 73% de su presupuesto.
Para ese entonces, la deuda con las empresas viales ascendía a 400 millones de dólares, lo cual sin duda representa un desafío para el actual gobierno. Estas deudas deben ser honradas en su totalidad para evitar paros en las obras. En este contexto, según la Capaco, se han perdido 40.000 empleos debido a las deudas que se mantenían con las empresas. El gobierno anterior se jactó de haber pavimentado varios kilómetros de rutas; sin embargo, esto se hizo a costa de las empresas viales y sus empleados.
A lo largo de la historia, las obras de infraestructura han sido el motor del desarrollo y el progreso de las naciones. En Paraguay, un país de vasta belleza natural y potencial económico, la inversión en infraestructura se erige como un pilar fundamental para impulsar su crecimiento y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos. Esto debe llevarse a cabo de manera consciente y equilibrada, con seriedad y compromiso tanto con el pueblo como con las empresas constructoras. En este sentido, el Ministerio de Obras Públicas desempeña un papel crítico en la transformación del país, y su labor a partir de 2023 se presenta como un elemento clave en el camino hacia un futuro más próspero.
El desarrollo de carreteras, puentes, puertos, aeropuertos y otras infraestructuras de transporte es esencial para mejorar la conectividad interna y externa de Paraguay. Estas inversiones no solo facilitan el movimiento de bienes y personas, sino que también abren nuevas oportunidades para el comercio, la inversión y el turismo. Este gobierno no solo deberá saldar las deudas del gobierno anterior, sino también planificar estratégicamente los futuros compromisos financieros para evitar cometer los mismos errores que podrían ser fatales. En un mundo cada vez más globalizado, contar con una infraestructura de calidad es fundamental para atraer inversiones y aumentar la competitividad económica. Sin embargo, es crucial aprender de las experiencias dejadas por el gobierno de Mario Abdo en este aspecto y no repetirlas nunca más.
La sociedad mira con esperanza la nueva gestión gubernamental. La construcción de infraestructura no solo mejora la conectividad, sino que también genera empleo. Durante la construcción de carreteras, puentes y otras obras públicas, se crean miles de empleos directos e indirectos, lo que tiene un impacto positivo en la economía y en la reducción de la tasa de desempleo. Además, la inversión en infraestructura puede estimular el crecimiento económico al aumentar la productividad y abrir nuevas oportunidades para las empresas locales. Solo esperamos que esta vez las autoridades sean responsables y cumplan con las obras y los trabajadores.
Por lo tanto, es importante destacar que las inversiones en infraestructura deben realizarse de manera sostenible, teniendo en cuenta aspectos financieros, ambientales y sociales. No se pueden repetir las irresponsabilidades del gobierno anterior, bajo pena de perder la confianza del sector de la construcción, además de la ya perdida confianza ciudadana. La planificación cuidadosa y el uso de tecnologías adecuadas pueden ayudar a minimizar los fallos en las obras de infraestructura. Además, es esencial involucrar a las comunidades locales en el proceso de toma de decisiones y garantizar que los proyectos beneficien a todos los sectores de la sociedad, a fin de evitar situaciones como las ocurridas en las obras de la ruta correspondiente en la ciudad de Caacupé.
El Ministerio de Obras Públicas desempeña un papel crucial en el desarrollo de Paraguay en 2023. La inversión en infraestructura debe ser precisa, sin errores de ningún tipo, con el único objetivo de elevar la calidad de vida de los ciudadanos, sin pensar en el beneficio de las empresas afines. Es responsabilidad de las nuevas autoridades que estas inversiones se realicen de manera eficiente, transparente y en beneficio de todos los paraguayos, corrigiendo los múltiples errores de la gestión anterior.