A partir de las informaciones que resultan del censo de población y vivienda, se podrá planificar políticas públicas a largo plazo para ser desarrolladas por los próximos gobiernos o por las instituciones del Estado, según informa el Instituto Nacional de Estadística (INE). El resultado del Censo será la herramienta de planificación para el futuro, sostiene.
El 9 de noviembre será feriado, según la ley promulgada por el presidente, Mario Abdo Benítez. Ese día, nadie debe salir de su casa hasta que los censistas lleguen a visitar a la gente para llenar el cuestionario.
El INE resalta el valor del censo fundamentando que no será sólo para conocer cantidad de población o posibilidades de mercadeo sino también para contar con las informaciones, por ejemplo, sobre pobreza, empleo, salud, educación y comunidades indígenas. Los datos inclusive servirán a entidades privadas que trabajan por el servicio del bien común, según los fundamentos.
«El censo es fundamental para actualizar la información de cuántos somos, cómo somos, dónde vivimos y a qué servicios accedemos. Es la única fuente que obtiene información hasta el nivel de municipio, por lo que constituye la herramienta del Estado más eficaz para la planificación», afirmó el director del INE, Iván Ojeda.
«Es posible planificar 10 años de políticas públicas nacionales y locales que tienen por finalidad mejorar la calidad de vida de las personas y el desarrollo del país», agregó.
El censo se debe hacer cada 10 años. ¿Qué pasa cuando no se hace?. Al respecto, Ivan Ojeda señaló que «el principal costo de no hacer un censo es la alta probabilidad de cometer errores en la asignación del gasto público. Sólo con datos actualizados podrán establecerse políticas públicas correctas que beneficien a esta y las próximas generaciones de compatriotas. Por eso, el censo es un compromiso del país con la ciudadanía y viceversa», señaló.